Apropiarse de los espacios culturales públicos, generar empatía entre la audiencia y poner en el centro de los reflectores a las personas con discapacidad, que históricamente son relegadas a permanecer fuera de los escenarios, son los objetivos principales de la obra Los piratas también aman las flores, producida por la agrupación Ballet Incluyente.
Este montaje escénico será exhibido el próximo 7 de diciembre, a las 17 horas, en la sala Luis Cabrera, en el interior de la Casa de la Cultura de Puebla (5 Oriente 5, Centro), como parte del taller que se impartió a jóvenes de educación especial en el Centro de Atención Múltiple (CAM) Kokomito. En total, más de 35 artistas con discapacidad participarán en esta obra teatral.
De acuerdo con Andrea Carmona, directora del proyecto, Los piratas también aman las flores es el producto de una iniciativa más grande denominada “La cápsula de tiempo”, que no solo tiene como meta apoyar a personas con discapacidad, sino también a las y los adultos mayores de Puebla.
En cuanto al montaje, que por el momento solo tiene programada la presentación del 7 de diciembre, la directora escénica explicó que su premisa gira en torno a los hijos que no quieren tener el mismo destino que sus progenitores. La obra, añadió, también tiene la finalidad de visibilizar el talento e historias que se gestan dentro de las escuelas de educación especial o en las casas de retiro.
“La pieza habla un poco de esta idea de ser disidente, de hacer las cosas de una manera distinta”, sostuvo Andrea Carmona en entrevista para medios locales, “también hablamos mucho de estos lugares, la casa del retiro y la escuela de educación especial, que son como dos islas desiertas, que tienen poca comunicación con el exterior, a pesar de que tienen muchas historias que contar”.
La creativa, que en la obra es apoyada por la actriz Jazmín Maldonado, mencionó que una realidad contemporánea es que no todos los hijos desean cumplir el sueño de sus padres, remarcando que es una acción totalmente válida.
La historia, detalló, parte de la canción titulada “Mi querido capitán”, que después incorporó las melodías creadas por el jaranero Yehuan Gómez Baroja.
En cuanto al proceso creativo, Andrea Carmona señaló que, a diferencia de las puestas teatrales tradicionales, en las que el elenco recibe una serie de órdenes o instrucciones, en Los piratas también aman las flores hubo total libertad para la improvisación de las y los participantes.
“Es una oportunidad de ver a personas que son capaces de mostrarse al público tal y como son”, destacó en entrevista. “El juicio que inhibe a las personas de mostrarse ante un público, en la discapacidad intelectual funciona diferente”.
La también fundadora de la compañía Ballet Incluyente agregó que en la historia se le da otra connotación a las herramientas que usan las personas con discapacidad, por ejemplo, una silla de ruedas, que en el mundo real puede parecer lenta, en Los piratas también aman las flores se convierte en un dispositivo sumamente veloz.
Andrea aclaró que ella y Jazmín Maldonado solo orientan a los protagonistas de la obra para hacerlos lucir en escena.
“Nuestro trabajo con ellos es guiarlos”, explicó. “No somos capitanas del barco, somos marineras y tenemos que acomodar lo que se cayó, arreglar lo que se descompuso, ir tratando de guiar el barco sin que se note, porque la idea es escuchar la voz de estas personas que son el centro de la obra”.
La artista escénica indicó que pudieron ser exigentes con el elenco, pero el resultado sería otro y dijo que no siempre se debe contener el caos.
“Ahí, dentro del caos, pasan muchas cosas muy bonitas”, resaltó, “y poner esta incertidumbre en el escenario también nos brinda la oportunidad como sociedad de abrazar su realidad y celebrar aquellas personas cuya comunicación es diferente”.
Por último, Carmona relató que un aprendizaje nuevo en su labor como guía de jóvenes con discapacidad fue descubrir que la voz es vital para su desarrollo, es decir, leerles los textos.
‘Los piratas también aman las flores’ se presentará este 7 de diciembre a las 17 horas en la sala Luis Cabrera de la Casa de la Cultura de Puebla (5 Oriente 5, Centro). La obra es apta para toda la familia y tendrá entrada libre.