Dos exposiciones conmemoran el día mundial del síndrome de Down

Dos exposiciones actualmente disponibles en espacios de exhibición universitarios, que abrieron hace algunos días en conmemoración del día mundial del síndrome de Down, que se lleva a cabo el 21 de marzo de cada año, sirven para crear conciencia de la población que vive con esta condición cromosomática, así como los obstáculos y discriminación que sufren.

La primera muestra es la exposición individual “Alan Téllez en el tiempo”, del pintor que lleva ese nombre, que podrá verse hasta el 8 de abril en el Museo UPAEP (11 Poniente 1916, Santiago).

El artista plástico nacido en 1988 estudió pintura en la Escuela Municipal de Bellas Artes de Veracruz, ciudad de la que es originario. Ha expuesto en sitios como el Museo José Luis Cuevas, el Museo Torres Bicentenario, en la Cámara de Senadores y la sala de exhibiciones de la sede de la ONU en Nueva York.

Uno de los retratos de Alan Téllez. Foto: Josué Cantorán

La exposición del Museo UPAEP recoge unas pocas piezas de su autoría que, sin embargo, ayudan a entender su visión estética y los distintos temas y estilos que le ha interesado abordar en su ya amplia trayectoria. Durante la inauguración de “Alan Téllez en el tiempo”, el curador Ricardo Camacho explicó que la muestra está dividida en módulos que permiten conocer los ejes temáticos de la obra de su artista.

Se inicia con sus retratos, realizados con líneas marcadas, trazos sencillos y limpios, y colores vivos que recuerdan a la estética del arte naif, según dijo el curador durante un recorrido por la exposición. Siguen en la exposición las mariposas, en las que el artista busca emular conceptos como la fragilidad y la transformación.

El resto de la exposición está dedicado a la pintura abstracta de Alan, que realiza mientras escucha música clásica y está basada en figuras geométricas y básicas en lienzos de gran formato.

Para producir sus cuadros de arte abstracto, Alan ha recibido capacitación de pintores como Gabriel Macotela. Foto: Josué Cantorán

Alan Téllez tiene dificultad para articular palabras, por lo que su obra artística, dijo el curador Ricardo Camacho, ha sido su principal vía de expresión. Por ello, ha buscado profesionalizar su técnica lo mejor posible, y su última capacitación se dio con el pintor Gabriel Macotela, quien lo introdujo a nuevas técnicas pictóricas.

Antes de iniciar el recorrido, el curador cuestionó a los visitantes, entre los que se encontraban algunos funcionarios municipales, si el valor que le asignaban a la muestra de Alan Téllez se debía a la condición de su artista o si, por el contrario, habían acudido, esencialmente, a una muestra de arte.

Rostros

La segunda exposición que abrió hace algunos días en conmemoración al día mundial del síndrome de Down es “Rostros: estigma, diferencia y vulnerabilidad”, organizada por la Dirección Institucional de Igualdad de Género de la BUAP y que podrá verse hasta el 24 de abril en el vestíbulo del teatro del Complejo Cultural Universitario.

Esta muestra consta de 42 retratos fotográficos realizados por el antropólogo Mauricio List al mismo número de personas diagnosticadas con el síndrome de Down de las escuelas Villas Juan Pablo y Fundación Down, que atienden a esta población.

Durante su inauguración, el también antropólogo Jhonatthan Maldonado Ramírez, organizador de la muestra, recordó que el fenotipo de las personas con esta condición, también llamada trisomía 21, está asociado con toda una serie de prejuicios sobre el retraso mental, por lo que resulta importante mostrar, mediante sus retratos, que entre esta población existe diversidad.

Algunos de los retratos de Mauricio List en la exposición “Rostros”. Foto: Josué Cantorán

“Los estigmas sobre las personas con síndrome de Down”, dijo, “son vigentes y en constante actualización. Las formas de expresión de la discriminación que enfrentan se anidan en la noción del cuerpo con discapacidad (…) Para mí el síndrome de Down no es una enfermedad, un problema ni tampoco un trastorno genético, es una condición de vida que expresa redistribuciones cromosómicas dinámicas y encuentros moleculares fortuitos”.

En el texto de sala de “Rostros” se recuerda que el encuentro de la mirada con las personas con alguna discapacidad puede estar cargada de prejuicios, estigmas o hasta lástima, por lo que la muestra “implica un sostenimiento de la mirada” a los 42 rostros retratados.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *