Cuatro recibos de aceptación de compra membretados bajo la casa de subastas Morton y dos dictámenes de autoría —uno de ellos firmado por Rafael Matos Moctezuma y otro más por Adriana Siqueiros— son los seis documentos que el organismo público descentralizado Museos Puebla posee para acreditar la autenticidad de veinte obras de arte expuestas en el Museo Internacional Barroco que ha sido puesta en duda por tres especialistas en arte mexicano.
Versiones públicas de estos documentos fueron entregadas a LUMBRERAS en respuesta a la solicitud de información con folio 211627124000003, realizada por medio de la Plataforma Nacional de Transparencia. Puedes consultar estos documentos a lo largo de esta nota.
Según quedó documentado en una nota del diario Excélsior publicada el pasado 10 de enero, Anel Nochebuena Escobar, directora de Museos Puebla, aseguraba contar con facturas, certificados y un acta notarial con los que se podría acreditar la autenticidad de las pinturas y dibujos expuestos en la muestra “Hecho en México: siglo de oro del arte mexicano”, aún disponible en el Museo Barroco.
Aquella misma semana de enero, el diario de circulación nacional publicaba la opinión de los especialistas en arte mexicano Hilda Trujillo, Andrés Blaisten y Alfonso Miranda, quienes coincidían en que al menos veinte obras expuestas en “Hecho en México” eran falsificaciones o estaban indebidamente atribuidas a los artistas señalados en sus cédulas museográficas.
Los cuatro recibos que Museos Puebla entregó a esta revista digital corresponden a las piezas Espiritistas en casa de la curandera, firmada por José Luis Cuevas; Sin título, atribuida a José L. Gutiérrez; Jinetes (The Horsemen), señalada como autoría de Leonora Carrington, y Sin título, presuntamente de Diego Rivera.
Por otra parte, un certificado firmado por Rafael Rosendo Matos Moctezuma el 1 de julio de 2015 comprobaría la autenticidad del dibujo Retrato de un caballero, atribuido a Saturnino Herrán y realizado en la técnica de sanguina, carboncillo y lápiz blanco aparentemente en 1916.
“Concluido el trabajo”, dice el documento recibido por este medio, “puedo dictaminar que, con base en las características que posee, como son calidad, soltura y fuerza expresiva de los trazos, caligrafía de la firma y de la fecha, antigüedad del papel, así como en mi experiencia, conocimientos y leal saber y entender, que el dibujo fue realizado en la fecha en él anotada por el reconocido artista Saturnino Herrán Guinchard”.
Finalmente, una constancia autoral firmada por Adriana Siqueiros en 2009 daría fe de la autenticidad de la pieza Estudio para fachada de Polyforum, del muralista David Alfaro Siqueiros.
“A mi leal saber y entender”, se lee en aquel documento, “determino que la obra realizada con piroxilina sobre novopan, que mide 122 x 92.1 cm, es original de David Alfaro Siqueiros, con su firma en el inferior izquierdo”.
Es de destacar que ningún documento sustenta la autenticidad del dibujo atribuido a Frida Kahlo ni del cuadro atribuido a María Izquierdo presentes en la exposición antes citada.
Tres especialistas disputan la autenticidad de las obras del Museo Barroco
El pasado 9 de enero, el diario Excélsior publicó una nota donde se aseguraba que el Museo Barroco exhibía al menos veinte obras falsas en la exposición “Hecho en México: siglo de oro del arte mexicano”, abierta al público desde el 1 de diciembre de 2023 en la presencia del gobernador sustituto Sergio Céspedes.
“Museo Internacional del Barroco exhibe obra falsa”, rezaba contundente el titular del diario de circulación nacional, basado en la opinión de Hilda Trujillo, especialista en la obra de la pintora Frida Kahlo.
“La obra es evidentemente falsa”, aseguró Trujillo. “No sé si hubiera por ahí alguna que pudiera ser (original) de algún autor, porque no tengo todas las fotos y hay tres imágenes que no alcanzo a ver bien, pero las que se aprecian son falsas (…) En mi opinión, estas obras no tienen los elementos para ser consideradas lo que dice su ficha”.
En aquella entrevista, la especialista solicitaba a la directora de Museos Puebla, la morenovallista Anel Nochebuena, no solo que la exposición se pausase, sino que además el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura abriera una investigación sobre la muestra para determinar el estado de las obras expuestas en el Barroco.
Y aunque la especialista comentaba sobre las obras atribuidas a artistas mexicanos como el Dr. Atl y Siqueiros, hacía especial énfasis en el dibujo atribuido a Frida Kahlo, la artista cuya obra ha estudiado profundamente.
“Es un dibujo mal hecho”, espetaba Trujillo. “He visto mejores falsos. Es un fraude y el problema es que, si una obra de arte es falsa… vale cero pesos (…) Estas obras ya se han visto en otros lados y ya habían sido calificadas como falsas. Ningún museo serio las exhibiría y con esto el MIB está demostrando que no tiene seriedad, que está engañando al público y que está cometiendo un fraude”.
Un par de días después de la entrevista de Hilda Trujillo, el coleccionista Andrés Blaisten, poseedor de la célebre colección Blaisten y especialista en las obras de María Izquiero y el Dr. Atl, se sumaba a la opinión de la primera especialista también a través de una entrevista con el diario Excélsior.
Este especialista pedía al público hacer un comparativo entre Autorretrato como dolorosa (1946) el cuadro expuesto en el MIB atribuido a María Izquierdo, y la pieza de su colección Viernes de Dolores (1944-1945), de la misma artista. Si bien ambas piezas pictóricas comparten elementos comunes, es notorio que el dominio de la técnica no es igual en ambos.
“María Izquierdo era una gran artista”, argumentaba Blaisten frente a Excélsior: “tiene un estilo clarísimo y una forma de pintar muy personal. Pero la pieza (del MIB) no fue hecha por un artista, sino por la mano de un aficionado, ya que alguien de mediana formación no haría algo así. Ninguna de las piezas de María Izquierdo que muestra el MIB tiene que ver con su obra. Que tomen un libro y se den cuenta de las diferencias”.
Blaisten también hacía notar que la existencia de certificados de autenticidad no implica necesariamente que las piezas sean originales, pues se han conocido casos en que estos se emiten de manera dolosa a piezas no auténticas.
“Seguramente ella conoce el caso de Rafael Cruz Arvea y Adriana Siqueiros”, recordaba Blaisten, “quienes otorgaron certificados falsos. Además, este tipo de certificados son comunes para tratar de atribuir una obra como buena, pero, en realidad, no avalan nada. Temo decirle que los documentos no prueban nada y, respetuosamente, insisto en que muchas de las obras no son de la autoría de quienes se afirma en las fichas”.
El tercer especialista en sumarse a estos señalamientos fue Alfonso Miranda Márquez, director del Museo Soumaya, quien recordaba, también ante el mismo diario, que esta no sería la primera vez que la exposición de obras genera debates sobre su autenticidad, por lo que recomendaba pausar la entrada del público a la muestra mientras se garantizaba un peritaje.
“Es indudable que muchas de las obras que se presentan actualmente en el Museo Internacional del Barroco”, aseguraba Miranda Márquez, “no son autógrafas de quien ostenta la cédula museográfica. Eso es un hecho. Muchas de ellas son famosas por no serlo y han estado en carpetas o investigaciones de expertos y de espacios culturales”.
Hasta ahora, sin embargo, la exposición ha permanecido abierta al público y no se ha realizado dictamen alguno.
En el siguiente video puedes hacer un recorrido virtual por todas las pieas de la exposición “Hecho en México: siglo de oro del arte mexicano”.
¿Qué ha dicho Museos Puebla sobre las piezas del Museo Barroco?
Desde el inicio de esta controversia, Anel Nochebuena Escobar, directora del organismo Museos Puebla, ha asegurado contar con documentos con los cuales sustentar la autenticidad de las piezas en disputa.
La funcionaria estatal, sin embargo, no ha revelado el origen de estas piezas bajo el argumento de que se trata de tres coleccionistas anónimos agrupados bajo las siglas JEOC quienes las otorgaron en préstamo a Museos Puebla.
“Lo que sabemos”, dijo Anel Nochebuena el 10 de enero al diario Excélsior, “es que son tres coleccionistas que se juntan bajo estas siglas, y entonces con ellos se tiene un consejo y se negocia el préstamo de obra. El nombre de los coleccionistas, les pedimos permiso para dártelos, pero la respuesta fue negativa, porque la mayoría no van a dar sus nombres por un tema de seguridad, porque hablamos de obras que están aseguradas en millones de dólares”.
Desde el 15 de enero, el INBAL aseguró que coadyuvaría con una investigación sobre este caso con peritos calificados que pudieran analizar las piezas en disputa y sugirió pausar la exposición. Museos Puebla respondió que lo haría en cuanto se llegara a un acuerdo con los especialistas.
Esto, hasta donde se sabe, no ha sucedido.
Cuestionada por LUMBRERAS a inicios de febrero, Nochebuena Escobar descartó que se hayan realizado trabajos periciales o de análisis bajo el argumento de que nadie los había solicitado formalmente.
“Tanto el INBAL como Museos Puebla”, dijo entonces la funcionaria estatal, “no prejuzgamos la autenticidad de las obras en ningún momento. Lo que hicimos fue responder ante los señalamientos de tres agentes culturales y ponerlos en la apertura, por si ellos necesitaran hacer algún tipo de análisis, observación, peritaje, y juntarlos para que tengan mesas de trabajo con los coleccionistas. Hasta el momento nadie ha solicitado nada. El INBAL ha dicho que, si los coleccionistas estuvieran a favor, quisieran, necesitaran hacer algún peritaje, ellos acompañarían”.
Al cuestionarle sobre la confianza que tendría en los coleccionistas que le otorgaron la obra en préstamo, Nochebuena Escobar reiteró que la documentación con que cuenta no podría dar lugar a sospechas.
“Unas facturas de Morton, la casa mas importante de subastas del mundo”, argumentó entonces, “certificados tan importantes que vienen avalados por personajes que evalúan desde hace años, y un seguro en dólares de más de cinco millones de dólares, evidentemente no tendríamos por qué dudar de eso”.
Esta nota forma parte de la sección quincenal ALUMBREMOS, en la que esta revista digital da a conocer la respuesta a solicitudes de información realizadas por medio de la Plataforma Nacional de Transparencia a sujetos obligados relacionados con el arte y la cultura de la ciudad de Puebla.
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