Antes de ganar sus primeros reconocimientos como cineasta, el realizador poblano Carlos Trujano exploró algunos de sus instintos en más de una decena de textos cortos que hoy forman parte de Ficciones innecesarias: se trata de su primer libro de cuentos, hoy publicado como parte del programa “Canasta de escritoras y escritores poblanos”, el cual es impulsado por el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla.
A decir del ganador de la Diosa de Plata y del Festival de Cine de Morelia, su compilación de historias cortas tiene cierta influencia de las películas que veía alrededor de 2016, cuando recién había egresado de la licenciatura en cine en la UPAEP.
“Como recién egresado de la escuela de cine, estaba maravillado con Bergman, Greenaway, Gaspar Noé”, narró en entrevista después de la presentación de su libro. “Creía que el cine era eso, entonces, también creo que por eso hay una cuestión muy pulsional, muy visceral”.
Los nombres resaltados por el creador justamente se caracterizan porque sus filmografías tienen secuencias desenfrenadas o sus historias indagan en las pasiones más mundanas de la humanidad. A ese tipo de influencias en su proceso creativo, Trujano suma el nombre del novelista Milán Kundera y su inquietud por el psicoanálisis, es decir, su necesidad de saber cómo el inconsciente se relaciona con las pulsiones: “los cortos que hice en ese tiempo”, dice al respecto, “también eran completamente viscerales”.
El creativo acentúa su afinidad por lo pulsional al revelar los cuentos con los que más se identifica en Ficciones innecesarias: “Le gustaba leer desnuda” y “Lo decía un epitafio”. En ambos textos, Trujano se distingue por su voyerismo, así como por su urgencia por descubrir la máxima plenitud o el éxtasis eterno. Esto último sitúa a sus personajes o protagonistas en una especie de ritual condenado al olvido o a la pérdida.
“En un principio”, detalla tras concluir la presentación de su obra en la cinemateca Luis Buñuel, “quería que el libro se llamara Le gustaba leer desnuda y otras ficciones innecesarias”.
El artista local también resaltó que indagar en el género del cuento lo hizo descubrir su papel de observador citadino, es decir, de una persona que desea ver algo más en todo lo cotidiano que rodea al grueso de la población.
En cuanto al título de su primer libro, Carlos Trujano aclaró que “innecesarias” no se trata de un apelativo peyorativo, sino que tiene la intención de destacar la virtud de las historias cortas literarias, que son similares a un guion fílmico solo en el aspecto de que son producto de la necesidad de crear que los artistas poseen.
“Yo siempre lo pienso como los cortometrajes”, explica en entrevista frente a los medios de comunicación: “que no hay nada más innecesario que un cortometraje, pues el mundo sigue girando y ni siquiera generamos empleos (…) El cuento es tan innecesario que puede hacer justamente lo que quiera, puede ir a cualquier lugar, sin ninguna restricción o guía, y no de otros, inclusive mía”.
Acerca de si la publicación de su primer libro de cuentos llega a tiempo o corre de manera paralela a su carrera fílmica, Trujano señaló que es una suerte de corte de caja, del fin de un ciclo en el que se encontraba antes de que vieran la luz sus primeros cortometrajes.
No obstante, remarcó que releer sus textos, escritos hace más de seis años, le han hecho darse cuenta de que desea mantener en su trayectoria esa parte visceral de su personalidad.
Carlos Trujano nació en 1992 y es egresado de una de las primeras generaciones de la licenciatura en cine de la ciudad. Como estudiante de intercambio, cursó un semestre en la Escuela de Cine del Uruguay, experiencia que se ve reflejada en una de las historias de Ficciones innecesarias.
Con el cortometraje Hierba mala, fue ganador de la competencia en línea del Festival Internacional de Cine de Morelia en 2019, del Lusca Fantastic Fest 2021 en Puerto Rico y del Festival de Cine Oro Negro.
Para adquirir Ficciones innecesarias,puede consultar las redes sociales del IMACP.