El hoyo en la cerca (2021), el nuevo largometraje del cineasta mexicano Joaquín del Paso, cuenta la historia de un grupo de niños y adolescentes que son llevados a un campamento exclusivo para hijos de las élites mexicanas, donde son adoctrinados por un grupo religioso.
En este lugar, a través de diversas prácticas, los chicos son obligarlos a ejercer una masculinidad tóxica y discriminatoria que no da cabida u oportunidad a las clases marginadas ni tampoco a las personas con una orientación ajena a la heterosexual.
Protagonizada por rostros aún no conocidos en la televisión y la pantalla grande, El hoyo en la cerca fue exhibida en prestigiados festivales internacionales, como los de Toronto y Morelia, y se estrenó el pasado 9 de junio en algunas salas comerciales de Puebla.
A decir de su realizador, Joaquín del Paso, la historia surgió desde tiempo atrás debido a su interés por analizar a los personajes que adquieren una fama deshonrosa en los medios de comunicación a causa de su prepotencia.
“Siempre me han fascinado las estructuras de poder”, explicó Joaquín del Paso en entrevista con LUMBRERAS, “y las estructuras educativas, para generar a personajes que vemos diario en la prensa, en la vida diaria, los famosos lords y las ladies, y toda la prepotencia que existe y que viene atada con una especie de sentido de privilegio y de superioridad moral y económica”.
El cineasta abundó en entrevista que el guion, coescrito con Lucy Pawlak, también abreva de sus experiencias personales, cuando estuvo un año en una escuela similar a la que se retrata en la cinta, lo que le permitió profundizar en ese análisis.
Algunos de los religiosos que hacen papel de profesores en el campamento de El hoyo en la cerca son extranjeros. Con ello, el realizador tenía el propósito de advertir que se trata de una agrupación internacional.
“Yo quería dar un sentido de que la orden religiosa que aparece en la película”, explicó Del Paso al respecto, “era internacional, que tenía alcance en varios países, y por eso decidí escoger profesores extranjeros. No hay un simbolismo más profundo que ese, por lo menos no conscientemente”.
A pesar de que la historia de El hoyo en la cerca se ubica en la actualidad, su estilo visual remite a épocas pasadas del cine. Al respecto, el realizador explicó que la dirección de fotografía y la estética visual tuvo influencias en las películas con las que él creció, entre ellas las comandadas por Luis Buñuel, Luis Alcoriza y Robert Altman.
“El cine colectivo y que habla de muchos personajes es un cine que ya casi no existe”, abundó el director. “(…) Esa estética de los múltiples personajes, de la cámara moviéndose de un lado al otro, las inspiraciones venían de esa época y se quedaron ahí, muy marcadas”.
En parte porque la mayoría del elenco está formado por actores jóvenes, sus rostros resultan aún poco familiares en México. Sobre esta decisión, la de no incluir intérpretes sumamente en sus trabajos de ficción, el director explicó que busca ofrecer algo distinto a la audiencia, así como apostar por nuevos talentos que puedan ser descubiertos por primera vez por los espectadores.
“En una película, me gusta el sentimiento de que lo que estamos viendo nunca lo hemos visto antes”, explicó en entrevista. “Una película me tiene que dar por lo menos una imagen que yo no he visto antes en mi vida. Eso, como director, también es un reto: le quiero dar a la audiencia imágenes nuevas”.
Por otro lado, el realizador añadió que no tuvo dificultades para dirigir a un elenco repleto de niños y adolescentes, pues buscó darles la mayor libertad creativa posible, con el afán de generar un “descontrol” en el set y alejarse, como director, de la figura de autoridad.
“Fue más reto dirigir a los adultos que a los adolescentes”, dijo, con ironía. “No es una dirección típica en la que llega el actor y se habla del personaje, se hacen algunas pruebillas y se graba. Este fue un proceso de meses, de desarrollar la dinámica entre ellos, desarrollar la capacidad de improvisación, dividir los grupos, desarrollar sus propias personalidades por grupo y luego por individuo, darles nombre y espacio a todos, y después darles en el rodaje la libertad”.
El hoyo en la cerca y su antecesora, Maquinaria panamericana (2016), hasta ahora los dos largometrajes de ficción de Joaquín del Paso, comparten algunas características: se realizan críticas sociales, tienen elencos corales o personajes colectivos y momentos de suspenso y drama psicológico.
Sin embargo, para el cineasta, su camino se encuentra aún en construcción y por ello su estilo como autor audiovisual aún no está del todo definido, pues en el futuro explorará diversos recursos narrativos y estéticos. Por ejemplo, adelantó que su próximo proyecto no tendrá un elenco coral.
“No he encontrado la siguiente historia colectiva que me interese”, reveló el cineasta. “No la estoy buscando desesperadamente. Ahorita estoy escribiendo una película donde hay muy pocos personajes y en este momento simplemente sigo buscando mi voz. Tal vez las que ahora pensamos que son las características de mi cine, después de diez películas nos demos cuenta que son otras”.
Finalmente, Del Paso confirmó que El hoyo en la cerca ya fue inscrita para los premios Ariel, y esperó que obtenga algunas nominaciones, como en su momento ocurrió con su ópera prima, Maquinaria panamericana.
El hoyo en la cerca aún está disponible en algunas salas comerciales de Puebla. Para conocer dónde se está proyectando, puedes seguir las redes sociales de la distribuidora Cine Caníbal.