El pasado 29 de febrero, en la galería Golden Juanna se llevó a cabo la presentación del libro Gainakus, coescrito por Tania Márquez, quien escribe en español, y Noah Jordan, quien plasma sus reflexiones en inglés. Atravesadas por frases y palabras en las lenguas mandinka, wolof y fula, el libro construye una crónica de la travesía de sus autores por África, y además contiene fotografías de su paso por Senegal, Gambia y Marruecos.
El libro fue un proyecto autogestivo impreso en el taller editorial Zurdo Press. En él, ambos autores expresan sus pensamientos y emociones al encontrarse en una realidad tan diferente a la que conocían, como es la de África.
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“Sólo por una convención reduccionista, por comodidad, decimos «África». En la realidad, salvo por el nombre geográfico, África no existe”, dice el periodista Ryszard Kapuściński en una cita utilizada en las primeras páginas de Gainakus.
Además de describir sus miedos y vivencias durante su viaje, Tania Márquez y Noah Jordan se cuestionan quiénes son ellos y cuál es su identidad frente a un nuevo “otro”. Aquellas certezas que tienen sobre sí mismos se ven cuestionadas ante una nueva mirada.
El libro recorre los tres países donde se realizó la residencia artística interdisciplinaria del proyecto “Borders/Fronteras”, del que Noah Jordan y Tania Márquez son parte. El viaje tuvo lugar de marzo a agosto, es decir, cinco meses, en los que los artistas se confrontaron a una realidad no solo físicamente demandante, sino psicológicamente desafiante.
La pareja decidió hacer su residencia artística de manera independiente, pues la pandemia los orilló a ello. Realizarla de manera autodirigida implicaba un salto al vacío, pues no tenían una red de conocidos y estaban en un continente diferente con reglas de convivencia desconocidas.
Además, el hecho de que se trataba de una residencia autodirigida implicaba que no tenían un lugar donde vivir y debían construir sus propias herramientas de movimiento y comunicación.
El viaje de Gainakus
Durante su estancia en África, la poeta Tania Márquez llevaba sus propias notas, además de que leía a escritoras mexicanas que habían vivido en aquel continente, como María Luisa Puga y Verónica Volkow. Escritoras senegalesas como Mariama Bâ, la nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie o el keniano Ngũgĩ wa Thiong’o nutrieron su experiencia literaria en aquel viaje. Además, la escritora exploró las historias de la tradición oral que han sobrevivido al tiempo, a la explotación de los pueblos y a la imposición de otras culturas en la región.
Márquez realizó entrevistas a mujeres que forman parte de la versión más larga de la crónica. Por su parte, Noah tomó clases de nyanyeru, un instrumento musical similar al violín, y también de flauta fulani. Asimismo, aprendió frases en lengua fula e historias sobre la música, por lo que registró grabaciones y notas al respecto.
Dicho viaje fue fructífero para Tania Márquez, pues de esas reflexiones y anotaciones surgió una parte de su primer poemario, El silencio es mi lengua madre (2023). Más tarde se proyectaría otro viaje: el del libro Gainakus.
En Gainakus hay un amplio registro de la fotografía de Noah. En su viaje, el artista capturó imágenes con cámaras tanto análogas como digitales. En el libro, los autores buscaron una unidad y cada foto ya es una historia per se.
Los artistas produjeron más de 2 mil fotografías, de las cuales fueron seleccionando las que mejor representaban los momentos relatados en la crónica. Así, se puede decir que las fotografías y el relato dialogan entre sí.
Nombrar al libro Gainakus
En algún momento de su viaje, Tania Márquez y Noah Jordan se encontraban buscando bajar un fruto de un árbol de baobab, pero no alcanzar alguno. Unos “gainakus”, como se conoce a los pastores nómadas fulanis, el grupo étnico más grande de África, que viajan por la región del Sahel, les ofrecieron uno.
Ese momento fue muy significativo para los artistas, pues además fueron las únicas personas que les pidieron una fotografía. Fue un momento medular de su viaje, ya que se encontraban en Brikama Ba, el pueblo donde encontraron la planta para construir el tambin. A partir de esa anécdota decidieron nombra Gainakus a su libro.
La presentación
La presentación de Gainakus en Puebla se llevó a cabo en la galería Golden Juanna (2 Norte 206, Centro, Puebla) y estuvo a cargo de quien esto escribe. Más allá de realizar una presentación en la que el comentador externa sus reflexiones sobre el libro, esta tuvo un formato de entrevista.
Entre las preguntas de la audiencia, destacaron las diferencias entre una residencia autodirigida frente a otra dirigida, o la música que se escucha en las calles o en el transporte público y la relación entre la cultura de Gambia y Senegal con los pueblos afrodescendientes de México.
Además, los autores compartieron su nuevo proyecto poético-musical, que nació tras esta estancia y que pronto saldrá a la luz.
Las fotografías de Noah Jordan se encuentran expuestas y a la venta en la galería Golden Juanna (2 Norte 206, Centro, Puebla). El libro ‘Gainakus’ contó con un tiraje de 50 ejemplares y puede adquirirse a través de la cuenta de Instagram de Narrativas Nómadas o Borders/Fronteras.