María Castañeda Rose, la artista ganadora del primer premio en la decimocuarta bienal “Puebla de los Ángeles”, certamen artístico auspiciado por la Universidad Iberoamericana Puebla, concibe al cuerpo humano como un paisaje por medio de la transdisciplina entre la danza y la pintura.
La pieza con la que esta artista se hizo acreedora al primer premio de la única bienal que se realiza actualmente en esta ciudad, titulada “Mapas del soma: memorias paternas”, es, como ella misma la llama, un dibujo performativo. En este, María buscó plasmar las sensaciones que percibía mientras su padre tocaba algunos puntos de su cuerpo y, de esta manera, el resultado es un “esqueleto” hecho de trazos a partir de sensaciones. A través de esta obra, la artista intenta dar forma, color y plástica a las sensaciones del tacto.
“Mi intención con ‘Mapas del soma’”, explica la artista en entrevista con LUMBRERAS, “es plasmar cómo podemos traducir las sensaciones en trazo”.
Castañeda Rose se considera no solo una artista plástica, sino que usa la danza y lo visual para crear una transdisciplina y expresar su búsqueda artística. La artista confiesa que llegar a este concepto de transdisciplina ha sido un camino largo, pues cuando estaba en formación estudiaba dos disciplinas: artes visuales en la UNAM y danza, lo cual le fue sumamente demandante.
Conforme vivió nuevas experiencias, recuerda en entrevista, María se percató de que no deseaba ser bailarina. Sin embargo, cuando pintaba, sentía que faltaba algo dentro de su plástica. Tras una intensa búsqueda y experimentación, la pintura y la danza nutren su práctica artística y en ella no se entiende una sin la otra.
“Para mí, tenía y ha tenido mucho sentido”, dice María en entrevista, “tomar el cuerpo como un eje de mi trabajo y asumirlo así”.
De ese modo, en su plástica hay una reflexión sobre el cuerpo, sobre las sensaciones y sobre cómo se viven los afectos y la experiencia con el mundo a través de la experiencia corpórea. ¿Cuál es mi propio trazo?, ¿cuál sería el trazo de mi cuerpo?, se pregunta la artista, y con estas preguntas experimenta en su plástica.
‘Mapa del soma’
“Esta pieza”, comenta la artista en entrevista con esta revista digital, “es especial”.
La pieza con la que María Castañeda Rose obtuvo el primer lugar de la bienal “Puebla de los Ángeles”, cuyos ganadores se dieron a conocer el pasado 19 de octubre, fue el resultado de las sensaciones que tuvo mientras su padre tocaba algunos puntos de su cuerpo. “Mapas del soma: memorias paternas” se entiende con las fotografías donde se observa a la artista con los ojos vendados y su padre tras ella. Ella trazó líneas y figuras movida por las sensaciones táctiles y a partir de ellas creó un nuevo cuerpo.
Además, podría decirse que este “esqueleto” es simbólico, pues se dice que el padre es la persona que da estructura en la personalidad de las personas. Tras este proyecto, María admite que el vínculo con su padre se ha fortalecido, pues ha podido conocerlo de otra manera.
La búsqueda
Castañeda Rose comentó que tuvo varias crisis y que sentía que algo faltaba en su plástica. Siempre pintó temas relacionados al cuerpo, pero, hasta que convirtió su práctica artística en una transdisciplina con la danza, encontró su lenguaje y ha podido expresarse cabalmente.
Para encontrar este camino, añadió en entrevista, se ha cuestionado varios momentos, tanto en lo personal como en lo social, además de que hizo una introspección y escucha consigo misma.
“En la transdisciplina”, explica al respecto a esta revista digital, “no sabes cuáles son los límites entre cada disciplina (…) Este mismo proceso de mapear las sensaciones, traducir las entradas, luego lo llevo hacia el movimiento y hacia la danza”.
La bienal
El pasado 19 de octubre se llevó a cabo la premiación de la decimocuarta edición de la bienal “Puebla de los Ángeles”, certamen artístico auspiciado por la Universidad Iberoamericana Puebla, al que más de trescientos artistas enviaron propuestas creativas en torno al tema “Del cuidado personal al cuidado colectivo para sanar un mundo roto”. Esta bienal se ha realizado cada dos años desde 1997 y en él participan artistas plásticos, gráficos y fotógrafos mexicanos o extranjeros radicados en México.
En esta edición, el jurado estuvo conformado por Isabel Sonderéguer, curadora, escritora e historiadora del arte; Per Anderson, grabador, y Rodrigo Viñas Miranda, artista visual. Los jueces eligieron los 25 trabajos que están exhibidos en la galería de la biblioteca interactiva “Pedro Arrupe, SJ”.
Siete fotografías, dos piezas de gráfica, siete creaciones pictóricas y nueve piezas que utilizan técnicas mixtas son las obras que se exhiben en la galería como parte de la muestra de esta bienal, la cual podrá verse hasta el 7 de diciembre.
“Reconocemos que el lenguaje artístico”, dijo el rector de la Ibero Puebla, Mario Patrón, en la ceremonia de premiación, “provee de distintos panoramas, enfoques y perspectivas para comprender la realidad desde propuestas estéticas que exponen de manera crítica y novedosa fenómenos que no pudieran percibirse ni explicarse desde otros lenguajes”.
Los artistas que obtuvieron reconocimiento, además de María Castañeda Rose, fueron Yasodari Sánchez Zavala, con el segundo premio, y el grabador Fernando Diyarza, en el tercer lugar.