Durante ocho días, cuatro payasas arrancaron risas a víctimas de trata de personas y comunidades vulnerables a este delito en varios espacios de Puebla.
La gira “Riendo juntas”, que emprendieron en conjunto la compañía de payasería social Llaven Nü y la organización Clowns Without Borders capítulo Estados Unidos, concluyó la semana pasada su paso por Puebla, donde se trazó una ruta escénica de catorce funciones.
La mayoría de estas presentaciones se dieron en escuelas, telesecundarias, plazas públicas de zonas de la ciudad como San Pablo Xochimehuacán y Barranca Honda, así como en centros culturales independientes como el foro Las Nahualas, el centro de desarrollo comunitario Solidaridad, y espacios institucionales como Casa Ibero y el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos.
Solo se dio una función abierta al público general, que ocurrió el 7 de septiembre en la biblioteca pública central Miguel de la Madrid.
El conversatorio
Como parte de la gira, las artistas escénicas Vanessa Nieto, Darina Robles, Molly Shannon y Luz Gaxiola entablaron un conversatorio en el foro cultural Karuzo, en el que compartieron sus experiencias en la payasería social, propuesta que consiste en obtener risas, a través de la comicidad escénica, en contextos de alta vulnerabilidad.
Ahí, las payasas expresaron sus impresiones acerca de la gira, discutieron su experiencia con públicos de zonas vulnerables y esbozaron la manera en que buscan dejar un mensaje de amor y esperanza.
En Puebla, en particular, la gira “Riendo juntas” se dio en zonas con incidencia de trata de personas, por lo que contaron con la asesoría de especialistas en trauma. Las intervenciones a partir de la risa y de un acompañamiento con escucha libre de juicio, explicaron las artistas durante el conversatorio, reducen el riesgo de que las víctimas sufran trastorno por estrés postraumático. El derecho a la risa y al juego, añadieron, debe ser reivindicado como parte de la salud emocional.
“Durante la pandemia”, advirtió Vanessa Nieto, payasa de Llaven Nü, “el tema de la trata humana se modificó de una manera atroz, debido a que la precariedad económica aumentó y se dieron casos de madres que cometieron trata con sus propias hijas”.
Algunos de los refugios donde trabajaron como parte de la gira en Puebla, añadió la artista escénica, admiten poblaciones que van de los trece a los diecisiete años.
Por su parte, Molly Shannon y Lux Gaxiola, representantes de Clowns Without Borders en Estados Unidos, destacaron el reto que conllevó trabajar con víctimas de trata pese a su experiencia con otras poblaciones vulnerables.
Molly recordó su ruta por Puerto Rico, hace cuatro años, tras el paso del huracán María, donde trabajó con personas damnificadas, mientras que Lux rememoró su participación en Líbano, en 2014, con un show para refugiados por la guerra en Siria.
“Nos encontramos (en Líbano) con niños que llevaban meses sin sonreír”, confió la artista estadounidense, “y lograron hacerlo con el show de payasos. Es un momento poderoso”.
Finalmente, las cuatro artistas escénicas explicaron el proceso que siguieron para crear su espectáculo. La perspectiva de género y el hecho de que salen del estereotipo de la payasería, disciplina con mayor presencia masculina, han sido algunos de los factores que destacan en su práctica escénica.
“Hemos tenido una diversidad muy bonita de públicos”, concluyó Darina Robles en una breve charla con LUMBRERAS, “y nos han dicho mucho que no habían conocido payasas, que lo que hacemos nosotras nunca lo han visto antes. Es muy lindo escuchar eso”.
Las artistas agradecieron a las organizaciones con las que se aliaron para llevar a cabo esta ruta. Entre ellas, destacaron a la Asociación Nacional contra la Trata Humana en la Sociedad (ANTHUS), el centro de desarrollo humano integral Ágape e instituciones educativas como la Universidad Iberoamericana y la BUAP.