La artista plástica Marcela Roldán había enfocado buena parte de su producción en la cerámica, pero cuando se percató de la huella ambiental de esa técnica artística —que implica la utilización de hornos, la quema de las piezas y por tanto la emisión de algunos gases— comenzó a investigar cómo producir obras de arte con mayor consciencia ecológica. Fue así como llegó a los biomateriales: productos biodegradables, algunos utilizados incluso en la cocina, que pueden convertirse en resinas y pigmentos.
El resultado de su proyecto “Poéticas regenerativas”, acreedor de la beca PECDA en 2022, puede verse hasta el 5 de abril en la galería del centro cultural Casa Olinka (18 Sur 5937, San Manuel) como parte de la exposición “Tocar el corazón de la sustancia”.
“Es una propuesta que retoma el lado pictórico de los biomateriales”, explica Marcela Roldán en entrevista con LUMBRERAS, “y que intenta proponer una producción artística con mayor ética ambiental. Para mí ha sido muy importante reflexionar sobre si hay otros métodos de producción que puedan ser más éticos con el ambiente. Ese fue principalmente el primer motivante de la investigación”.
Marcela comenzó además a prestar más atención en los desechos de su vida cotidiana, como el café de la mañana y los cascarones de huevo del desayuno, y entonces descubrió productos como el agar —un alga utilizada para preparar gelatinas vegetarianas— y el poder tintóreo de especias como la cúrcuma, el muicle, el palo de Brasil y la arcilla.
“Después empezaron a haber más cuestionamientos y mayor interés de mi parte por abordar también el espacio cotidiano, el espacio íntimo”, continúa la artista, “y comprender la alquimia de los materiales con los que trabajo”.
La exposición de Marcela, curada por María José Benítez, se compone de una serie de piezas producidas con estos materiales, a los que la artista llama “bioplásticos”. Algunas de ellas son completamente abstractas, mientras que otras tienen algunas referencias paisajísticas o formas de gotas de sangre o sudor.
“Con todos los biomateriales para mí fue muy difícil”, explica al respecto Marcela Roldán, “porque el material habla mucho por sí mismo. No sabía si quería hacer una exploración más intuitiva, como con las piezas que están más enmarcadas, que básicamente fue recortar, pegar, pero sin generar ningún tipo de figura (…) Algunos sí tienen una sensación de paisaje, otros simplemente son estas lágrimas que caen, que pueden ser también sudor, que también pueden ser gotas de sangre”.
En el fondo, a Marcela le interesaban principalmente las posibilidades de los materiales orgánicos, así que se permitió fluir en un proceso en el que conectó con sus propias emociones, principalmente la tristeza, y se dedicó a entender cómo podía utilizar estos nuevos materiales para crear nueva obra. La artista denomina “química sentimental” a ese proceso creativo.
“Para mí es más un proceso de entender el color, de solidificarlo”, dice. “Ha sido mucha intuición, mucho buscar. El internet es muy maravilloso; a mí me ha permitido adentrarme a todo este mundo e ir desarrollando un montón de cosas”.
No obstante, a petición del artista Omar Árcega, su tutor en el proyecto ante el PECDA, Marcela complementó sus piezas producidas con biomateriales con una serie de pinturas al óleo sobre lienzos tradicionales de tela. Para realizar estas piezas, la artista fotografió primero su propia piel con una lente macro y después reprodujo la imagen sobre el lienzo. Con ello, buscaba enaltecer la belleza de aquello que es imperceptible a simple vista.
“Todo lo que se ve son texturas tanto de mis huellas dactilares, de mi lengua, de mis labios”, explica la creadora al respecto de estas piezas. “Eso me interesaba mucho, es algo que me gusta mucho en mis investigaciones, hacer un énfasis en la poética de lo micro, de lo pequeño, de lo que no se ve”.
A las piezas plásticas de Marcela Roldán se suma, además, la publicación de un fanzine en el que incluye las recetas de los bioplásticos utilizados en sus piezas, incluyendo los sitios web donde encontró recursos para aprender a manejarlos, así como poemas escritos por amigos suyos en los que se reflexiona sobre los mismos temas que llevaron a Marcela a experimentar con biomateriales.
“Sí hay una parte de divulgación, donde pongo las recetas que uso”, explica la artista al respecto del fanzine, “donde pongo también los materiales y las páginas de donde estoy tomándolos, pero también es un despliegue de sentimientos, de emociones, de procesos, de situaciones”.
En el fanzine pueden encontrarse textos de María del Carmen González, Jorge Castro, Paola Medina, Luis Veytia, Mar Villarroel y María José Benítez.
La exposición “Tocar el corazón de la sustencia”, de Marcela Roldán y curaduría de María José Benítez, podrá verse hasta el 5 de abril en la galería del espacio cultural Casa Olinka (18 Sur 5937, San Manuel).
Muy buenos artículos. Gracias