El barrio de Santiago, cercano al centro histórico, tiene un nuevo espacio cultural solidario y abierto para todas y todos: Sala Bruja (15 Poniente 1304, Santiago).
Ubicada al interior de las oficinas de la empresa de comunicación y producción audiovisual Veinte.20 Comunicación Solidaria, Sala Bruja es un espacio abierto para la impartición de talleres, la realización de eventos culturales y la gestión de proyectos de todo tipo desde una visión comunitaria que, lejos de buscar la remuneración económica inmediata, puede trabajarse por medio de intercambios como el trueque y el tequio.
Mariana Quechotl y Belegui Enríquez, fundadoras de Veinte.20 y de Sala Bruja, contaron a LUMBRERAS que esta iniciativa surgió año y medio después de haber iniciado su emprendimiento de comunicación, cuando decidieron rentar un espacio como oficina para así hacer crecer su equipo y sus proyectos.
Al poco tiempo de haberse instalado en el acogedor espacio del barrio de Santiago, Mariana y Belegui se percataron de que prácticamente no le daban uso a uno de los cuartos más amplios del departamento, así que decidieron abrirlo para que sus amigas y amigos dieran ahí talleres.
Poco a poco, y enterándose de boca en boca, más y más personas llegaron a solicitar el espacio, lo que a la larga fue dándole sentido y forma al proyecto.
Hoy en día, Sala Bruja está abierta para todo aquel que tenga propuestas de talleres, presentaciones o actividades culturales y artísticas diversas, y esté buscando dónde desarrollarlas. Para ello, solo deben contactar a las responsables a través de la redes sociales de Veinte.20 Comunicación Solidaria o del teléfono 2214424515.
Después de un primer encuentro con la coordinadora de Sala Bruja, Miriam García, en el que se presentará la clase de actividad o taller propuesto, se determinará también el tipo de intercambio a realizar.
Algunas actividades de Sala Bruja
En sus ocho meses de existencia, Sala Bruja ha sido sede de varias actividades relevantes, como la presentación de la revista Que no te agarren de bajada, que trata temas jurídicos desde una visión feminista, así como una vendimia, que se organizó en diciembre, en la que además de la venta de productos se realizaron actividades de mediación de lectura, presentaciones de clown y musicales.
Además, Sala Bruja fue sede de algunos talleres del festival feminista para niñas.
Como parte de sus proyectos de vinculación, la coordinadora de Sala Bruja, Miriam García, organizó una serie de jornadas de creación audiovisual con jóvenes de la comunidad de Ecatlán, en el municipio de Jonotla, donde resultaron productos audiovisuales, fotográficos y sonoros.
También de Sala Bruja surgió El Mitote, una iniciativa para gestar proyectos que consiste en la vinculación de personas que están en proceso de desarrollar proyectos culturales con otras que puedan brindar sus saberes. Es decir que si tienes, por ejemplo, un documental en mente, pero no sabes cómo realizar alguno de sus procesos, este proyecto puede ayudarte a vincularte con quienes sí pueden cubrir esta necesidad.
Otro de los objetivos de Sala Bruja, además, es ofrecer un espacio abierto a los habitantes del barrio de Santiago, donde por el momento no existe gran variedad de cartelera cultural, pese a su cercanía con el centro histórico.
Entre los proyectos que Sala Bruja tiene a futuro están una serie documental sobre mediadoras de lectura, bibliotecas ciudadanas y otros proyectos culturales liderados por mujeres.