Desde 2017, el artista visual Agustín Romero comenzó a coleccionar tipos móviles, clichés, tipómetros y toda clase de herramientas antiguas de impresión que encontraba a su paso cuando viajaba a diferentes estados del país para recorrer ferias del libro y otros eventos literarios. Le interesaba el libro como objeto y las posibilidades que la impresión antigua, como se le conocía en el siglo XIX, pueden ofrecer para producir libros distintos, no de manera serial en una impresora industrial, sino hechos prácticamente a mano.
En algún momento, Agustín se hizo de una prensa que iba a ser desechada a la basura, y así nació Zurdo Press, una editorial independiente especializada en productos editoriales hechos a mano, de tirajes pequeños, algunos de los cuales incluso escapan de la concepción tradicional de libro hacia lugares distintos, como el libro objeto o el fanzine.
“La historia de la prensa es muy interesante”, cuenta Agustín Romero en entrevista con LUMBRERAS, “porque la compré… digo que la compré pero siento que la heredé. El señor que la tenía cerró su imprenta, ya no la iba a utilizar y la iba a vender como fierro viejo por kilo. Entonces, me dijo ‘si la quieres, llévatela, yo ya no la ocupo, a mí ya no me sirve’, y fui rapidísimo por ella”.
Con su colección de tipos móviles y su nueva prensa, Agustín de inmediato buscó un primer proyecto de impresión. La poeta Ana Jimena Sánchez le ofreció un poemario y en 2019 se imprimió un primer tiraje del libro en tinta azul, en el que se utilizó la técnica de impresión más tradicional: aquella en la que se coloca letra por letra, tipo por tipo, y se imprime a mano con una prensa.
“Con Jimena ideamos la edición”, explica el editor, “el diseño, el formato, seleccionamos el papel, las tintas. Lo interesante del proyecto es que los autores se involucran en el proceso de creación, y eso también le da un plus”.
Cada producto editorial realizado por Zurdo Press se toma su tiempo. No se aceleran los procesos de selección, corte, impresión ni armado. La idea detrás del proyecto es recuperar el amor por el libro como un objeto cuya fabricación toma tiempo, dedicación y esmero.
“Lo hacemos de esta forma, primero, por el amor a los libros y a la materialidad del libro”, explica Agustín a esta revista digital, “a no tener un libro impreso nada más, digamos, de manera fría, rápida, industrial, sino que uno mismo como creador pueda involucrarse en el proceso de seleccionar el papel, los tonos que quieres, los acabados, la encuadernación, la materialidad de la hechura, los procesos de la impresión antigua, las posibilidades de diseño que te permiten”.
Al basarse en estas premisas, Zurdo Press se ha involucrado, para desarrollar proyectos, no solo con escritores o personajes que se involucran directamente con la literatura, sino también con artistas visuales o interdisciplinarios.
La artista visual María José Benítez, por ejemplo, desarrolló con la editorial un libro objeto titulado Espacios abiertos, que consiste en placas de cartón con cortes que permiten abrirlas y cambiarlas de lugar. Cada una de ellas tiene algunas leyendas impresas que juegan con las posibilidades físicas del producto y amplifican sus sentidos.
Otro de los productos desarrollados por la editorial independiente es el fanzine La lengua de Belisario, realizado con el artista Iván Acego, que consta de diez números y del que se manufacturaron cinco ejemplares por cada uno. Si aquí decimos “manufacturaron” y no “imprimieron”, es porque los contenidos de estos fanzines están bordados a mano. Resulta curioso que Zurdo Press le llame fanzine a un producto de pasta dura, cuidadosamente acabado, cuando usualmente asociamos esa palabra a productos diseñados a una sola tinta, reproductibles en máquinas fotocopiadoras y engrapados por la mitad.
“En México”, explica el editor Agustín Romero, “tenemos una mala concepción del fanzine. En otros países se le llama así a los productos de experimentación editorial, más que a algo inmediato”.
Recientemente, además, Zurdo Press produjo 22 ejemplares de un calendario tipográfico que sirve también como una especie de muestrario de los tipos móviles que Agustín ha logrado coleccionar en los últimos cinco años, algunos de los cuales vienen de ciudades Querétaro, Zacatecas, Cuernavaca, Veracruz y, desde luego, Puebla.
“Hice solo 22 ejemplares”, explica el editor, “porque era el cartón que tenía, hice lo que pude con lo que tenía. En cada cartoncito viene un mes con un juego tipográfico diferente. Todos los clichés y viñetas son de diferentes materiales. Algunas piezas son de plomo o de madera, de acrílico. Quise jugar con lo que tenía y armar los meses”.
Una más de las impresiones de esta editorial independiente y autogestiva es un material doblado a manera de acordeón que recoge las vivencias de un grupo de mujeres trabajadoras del mercado Independencia recogidas por las integrantes del colectivo La 15 como parte de su proyecto “Narrando lo invisible”.
Para conocer más sobre este proyecto de La 15, puedes leer esta nota de LUMBRERAS.
Aunque Zurdo Press trabaja actualmente en varios proyectos editoriales, Agustín prefiere no adelantar detalles, ya que cada producto lleva su tiempo. No se trata de una simple imprenta, sino de un proyecto en el que se trabaja de manera colaborativa e integral en cada proceso que implica la creación de un impreso.
Para conocer y adquirir los productos editoriales de Zurdo Press, puedes visitar su stand en la Casa de las Bóvedas mientras está en curso la Feria Nacional de Libro (Fenali) de la BUAP. Para sus futuras noticias o informarte sobre cómo puedes vincularte con el proyecto, sigue a Zurdo Press en sus redes sociales.