Hasta hace apenas algunos años, el cine era una disciplina artística limitada solo a aquellos que podían hacerse de un equipo de grabación, comprar o rentar costosas cámaras, equipo de sonido y ordenadores para edición. Hoy, cuando nuestros dispositivos móviles pueden producir videos con calidad suficiente para realizar escenas de película, el terreno audiovisual comienza a democratizarse entre todo aquel que quiera dominarlo.
“Los grandes presupuestos son cosa del pasado”, dice Adriana Sánchez, directora del festival de cine Smart Films México, en entrevista con LUMBRERAS, “y hoy, con lo que se tiene a la mano, si se capacitan, pueden hacer arte”.
En 2015, la película Tangerine, de Sean Baker, robó titulares de la prensa especializada en cine al ser uno de los primeros largometrajes de ficción filmados con teléfonos celulares: sus 88 minutos de metraje fueron grabados completamente con teléfonos iphone. Años después, muchos directores se unirían a la efervescencia de filmar con dispositivos de uso común, y hasta el mismísimo Steven Soderbergh filmó su thriller psicológico Unsane, de 2018, usando también teléfonos de la misma marca.
Los orígenes del uso de teléfonos celulares en cortometrajes y documentales son, sin embargo, más difíciles de rastrear, aunque se sabe, por ejemplo, que el director Malik Bendjelloul debió comenzar a grabar con su propio teléfono cuando seguía al cantautor Sixto Rodríguez para el ya clásico documental Searching for Sugarman (2012), pues, aunque había iniciado en formato súper ocho, se quedó sin dinero en algún punto del rodaje.
Es ese contexto en el que nace Smart Films México, festival cinematográfico que conjunta películas realizadas totalmente con dispositivos móviles, pues todas las personas, a decir de Adriana Sánchez, su directora, tienen buenas historias que contar y ya no necesitan enormes inversiones económicas para hacerlo, sino sólo la creatividad y la preparación.
Smart Films México, confió su directora, surgió gracias a “un hermoso accidente” que aconteció hace una década, cuando se encontraba en medio de la grabación de una audición. La cámara destinada para el levantamiento de imagen se dañó, por lo que el director tuvo que buscar el celular con la mejor calidad entre su personal.
A partir de ese momento, Adriana y sus compañeros se percataron que los dispositivos móviles tenían algunas ventajas con respecto al equipo tradicional para filmar, por ejemplo, que agiliza el envío del material para la aprobación de los clientes.
“Así nace este festival”, cuenta Adriana, “y esta idea tan bonita”.
Smart Films tiene como principal finalidad la democratización del cine a través de una herramienta tan cotidiana como es el celular, misma que, a decir de Adriana Sánchez, se ha convertido incluso en una extensión del ser humano.
Smart Films se declara como “el festival de cine hecho con celulares más grande e incluyente del mundo”, según su página web. Desde sus inicios, ha realizado ocho ediciones (cinco de ellas en México), y ha logrado despegar la carrera de talentos audiovisuales que después han colaborado con directores como Oliver Stone, Robert Rodríguez y Fernando Trueba.
“El festival”, explicó su directora, “tiene un crecimiento cada año de aproximadamente 30% en cada una de sus áreas”.
En la pasada edición, Smart Films recibió alrededor de 600 producciones, una cantidad muy superior a la que tuvieron el primer año, que fue de 72. Además, cada vez hay una mayor participación de la gente que no se dedica profesionalmente al mundo del audiovisual.
El festival se divide en cuatro categorías, entre ellas la correspondiente a Aficionados, cuya temática es libre y tiene una bolsa de hasta 50 mil pesos en efectivo para el ganador o la ganadora.
La siguiente categoría es la de Spot Publicitario Suzuki, dirigida a los amantes de la mercadotecnia, en la que los ganadores podrán obtener hasta 107 mil pesos en efectivo, enviando un spot que tenga una duración máxima de 30 segundos.
La tercera categoría, también con una bolsa de 107 mil pesos, se trata del Filminuto Vertical TeleKwai, cuyo propósito es producir un cortometraje de género dramático o melodramático con una duración máxima de 60 segundos.
Profesional Motorola es el título de la última categoría, que tiene el objetivo de invitar a los expertos de la imagen a dejar sus cámaras y explorar otras herramientas para contar sus historias. El premio es de 187 mil pesos en efectivo.
El 9 de septiembre es la fecha límite para mandar los trabajos o producciones, mientras que los ganadores serán dados a conocer el día 23 de octubre.
Toda la información sobre el festival, que ha tenido lugar en México, Colombia y Paraguay, está disponible en el sitio web y redes sociales de Smart Films.