El trastorno ciclotímico es un padecimiento de la salud mental poco frecuente que consiste en la alteración de los estados de ánimo. Quienes padecen la ciclotimia tienen periodos de estabilidad emocional alternados con algunos altibajos, etapas de ánimo muy elevado y algunos momentos de depresión, aunque usualmente mucho menos pronunciados que aquellos que se describen en los trastornos bipolares.
La artista escénica y audiovisual Mar Mújica vivió este padecimiento en carne propia y, con la intención de hablar sobre la salud mental de manera abierta y desde la vivencia personal, realizó el cortometraje musical Atrapé una nube (2021) con apoyo del estímulo PECDA que otorga la Secretaría de Cultura de Puebla.
Aquí puedes ver la película completa:
En Atrapé una nube seguimos a Oli, interpretada por Jimena Lipman, una joven mujer que inicia un proceso de psicoterapia porque nota que en algunos días de su vida tiene miedos repentinos, altibajos de ánimo, siente cansancio y síntomas de enfermedad física; mientras que en otros tiene episodios de insomnio pero se siente mejor de ánimo.
El proyecto de este corto inició con una carta que Mar Mújica escribió para sí misma con la intención de grabar un video sencillo. Cuando tiempo después se encontró con la convocatoria de la beca PECDA, Mar, que había realizado proyectos de videoarte y videoclip, se decidió a realizar su primer cortometraje narrativo siguiendo el esbozo que tenía escrito y, por si fuera poco, decidió hacerlo un musical.
“Me pareció buena idea explorar esa parte musical, coreográfica”, explica la directora del cortometraje en entrevista con LUMBRERAS, “porque en mi trabajo como creadora siempre me ha gustado involucrar a otras disciplinas. Propuse como parte del proyecto que involucraría música y danza, y que el texto, por así decirlo, no fuera un guion tradicional como generalmente lo vemos en cortometrajes”.
La cantautora Renata Tapia y las bailarinas Carla Cárcamo y Mariana Torres Galván se sumaron al proyecto como supervisoras de los aspectos musical y dancístico, respetivamente. En el cortometraje hay tres escenas musicales en las que Karla y Mariana interpretan a dos nubes, que a su vez representan a las etapas de hiper e hipomanía del trastorno ciclotímico. Mar encontró en estas tres creadoras la mancuerna perfecta para desarrollar las partes creativas en las que no es especialista, como lo musical y lo dancístico.
Como Atrapé una nube se realizó en tiempos de pandemia, la comunicación entre sus colaboradoras se dio de manera virtual, aunque la sinergia, dice Mar, fue inmediata, y el resultado se logró de la mejor manera.
En el cortometraje, la terapeuta de Oli le pide comenzar a escribir un diario en el que documente sus cambios de ánimo, de manera que tenga mejor comprensión de sus procesos.
“Yo pasaba por un proceso complicado en la cuestión salud mental”, confía la creadora Mar Mújica en entrevista. “Había muchas cosas que no entendía que pasaban a nivel físico. Justo después de que hice el primer boceto decidí regresar a terapia. La historia del corto está basada en hechos reales porque así fue un poco mi proceso de descubrir qué estaba pasando no solo a nivel físico sino a nivel emocional”.
De ese modo, el proceso de escritura de Mar se basó en su propia experiencia. Con ello, la directora escénica y audiovisual buscaba no solo difundir información de manera didáctica sobre el trastorno ciclotímico, poco conocido por la población general, sino abrir una conversación, si tabús ni vergüenza, sobre la salud mental, más aún en una etapa histórica como la presente, cuando la pandemia de covid-19 y el confinamiento que esta implicó han urgido a plantear una conversación pública más compleja sobre las vivencias que todos y todas tenemos con respecto a la salud mental.
“Yo tampoco sabía que el trastorno ciclotímico existía”, explica Mar. “(…) Creo que el cortometraje es una buena manera de acercar al público a ello, a que no tengan miedo de hablar sobre la salud mental, porque sigue siendo un tema tabú no solo en nuestro país sino en el mundo entero. Hace poco leía que las enfermedades que tienen que ver con la salud mental no se consideran discapacitantes en nuestro país, pero la verdad es que sí, es difícil ser una persona funcional cuando tu salud mental no está al cien”.
Al hablar con varias personas cercanas a ella y encontrar el consenso de que es urgente hablar sobre la salud mental, Mar Mujica decidió superar sus miedos y centrar su primer cortometraje narrativo en el trastorno ciclotímico. Decidió, además, realizar una investigación profunda con especialistas para no caer en algunos lugares comunes que ocurren cuando se habla de este tema, como desinformar, romantizar o minimizar el problema.
“Una de las cosas más satisfactorias para mí”, dice la directora de Atrapé una nube, “es que nunca ha faltado alguien que al ver el corto me escriba o me diga en las proyecciones que también está pasando algo así, o que conoce alguien que está pasándolo. Creo que ahí está el verdadero valor. Que la gente se acerque a mí y me diga que el corto le dijo algo, que le hizo ruido, es muy gratificante para mí como creadora”.
Aunque el cortometraje iniciará apenas su búsqueda de espacios de proyección en festivales y otros espacios, Mar Mújica decidió liberar su cortometraje en Youtube, donde está disponible para todo el público. Atrapé una nube también forma parte de “Inercia indie”, una red de productos audiovisuales que cuentan con la participación de músicos independientes de Puebla.