El Conejo Pepito satiriza la ciudad

Con el Conejo Pepito, un personaje de historietas de humor negro, el ilustrador Ángel Chánez ha logrado satirizar todo a su alrededor, iniciando por su propia persona, sus problemas y preocupaciones, la ciudad en la que vive —Puebla— y los sistemas del arte y de la educación superior, en los que el artista plástico se desempeña.

Pepito, que no debe confundirse con Conejo Muerto, otro de los personajes del ilustrador, ni con el roedor homónimo que aparece en la serie animada The Simpsons, se dio a conocer por primera vez en 1999 y sus tiras se han publicado en Subterráneos, que entonces era un suplemento impreso del diario Síntesis, y luego en el portal informartivo Lado B.

Ahora, tras 24 años de vida, las aventuras del Conejo Pepito pueden leerse también en el libro Conejo Pepito 2: ciudark en peligro de extensión, una autopublicación de tiraje limitado cuyos ejemplares se agotaron la semana pasada en el stand de Ángel Chánez de la última edición de la Fiesta del Libro 2023, organizada por el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla.

“Al Conejo Pepito le digo de cariño que es un conejo disidente”, explica el ilustrador Ángel Chánez en entrevista con LUMBRERAS. “Es un personaje consciente de su entorno y de alguna manera intenta nombrar las cosas con las que no se siente cómodo, con las que no está de acuerdo, de está chulísima ciudad. El Conejo Pepito, por ejemplo, dice que Puebla sería muy hermosa si no tuviera poblanos. Ese es el tipo de humor que tiene”.

El libro Conejo Pepito 2 incluye una muestra histórica de las tiras de este personaje que se han publicado desde sus inicios, así como otros materiales adicionales. En ellas, se satirizan aspectos de la historia reciente de la ciudad, como su crecimiento urbano, su vida nocturna y el sistema local de las artes plásticas.

“Me interesa la historieta como un recurso, una estrategia”, dice al respecto el artista también conocido como Capitán Tsunami, “una forma de mencionar las cosas que me parece que podrían estar mejor. Una de ellas es el sistema educativo, porque soy profesor, docente en universidades privadas y públicas y en talleres, y siempre me parece que hay cosas que podrían funcionar de una mejor manera”.

El libro ‘Conejo Pepito 2’ se encuentra por ahora agotado. Foto: Josué Cantorán

Aunque el primer objeto de satirización de Ángel Chánez mediante el Conejo Pepito es su propia persona, al artista le interesan principalmente tres temas que ha desarrollado en las viñetas que componen el libro: la educación, el arte y la dupla de las drogas y el sexo. Y, pese a las más de dos décadas de publicación de materiales con este personaje, el material no se ha agotado.

“Es bien divertido”, dice el ilustrador en entrevista. “Seguro la gente que hace historietas o los mismos creadores de cartón político no me dejarán mentir: la misma sociedad en la que estamos nos da material todo el tiempo para burlarnos de nosotros mismos y del propio sistema”.

El libro

En 2013, Ángel Chánez publicó un primer producto editorial centrado en el Conejo Pepito, en el que tuvo que censurar el lenguaje soez y algunos de los temas más ríspidos, como las drogas, debido a que la editorial a cargo del volumen lo consideraba inadecuado para el público juvenil.

“El número dos funciona mucho mejor para mí como autor”, admite el artista plástico, “porque tomé más decisiones, pude ser mi propio editor y darle la dirección adecuada, sentirme orgulloso”.

Ángel Chánez. Foto: Josué Cantorán

Con el diseño editorial de la también ilustradora Beatrix G. de Velasco y un prólogo del periodista Ernesto Aroche, Conejo Pepito 2 vio la luz hace cuatro años, e 2019, bajo el sello editorial NubeNueve Ediciones y con un tiraje limitado de doscientos ejemplares, lo que hace del libro un producto de colección.

Para finalizar el proceso de creación, el artista recurrió al estímulo PECDA, que otorga el gobierno estatal de Puebla a través de su Secretaría de Cultura, con lo que recibió la tutoría del artista Roberto Rugerio, quien lo animó a corregir los detalles con los que había quedado insatisfecho en el primer número. El ilustrador participó en la categoría de dibujo debido a que este estímulo, según lamenta el propio Chánez, no cuenta con apartados dedicados exclusivamente a la narrativa gráfica.

Satirizar la ciudark

El Museo Internacional del Barroco, la comicteca de la Biblioteca Central de la BUAP y las cantinas del centro histórico son algunos de los sitios que los lectores poblanos podrán reconocer en las tiras del Conejo Pepito. A pesar del eminente carácter local de su creación, el ilustrador a cargo de este personaje renegaba años atrás de su origen poblano, pero después se percató del potencial satírico de este elemento de su identidad.

Prints del Conejo Pepito y otros personajes de Ángel Chánez están disponibles en la galería Los Ángeles. Foto: Josué Cantorán

“Yo renegaba mucho de ser poblano”, dice Ángel Chánez a esta revista digital. “Por ejemplo, hasta me pitorreaba mucho de que mi nombre real, Ángel Gabriel Chánez Santín, es súper barroco. Siempre andaba haciendo la negación de que soy de acá. Luego entendí que más bien ahí está la veta, ahí era la semilla”.

Desde el humor más negro y guarro, el Conejo Pepito satiriza situaciones que viven los artistas en esta ciudad: la falta de apoyos, la preferencia que suele darse a los creadores foráneos en algunos espacios expositivos y el elitismo que reina en el sistema artístico, sobre todo aquel mediado por ciertas instituciones públicas y privadas.

“Sí quiero hacer evidente que esto está sucediendo en Puebla”, dice el creador del Conejo Pepito. “Hay cosas que necesitan nombrarse, denuncias que se deben hacer, y me parece súper interesante hacerlas a partir del humor negro, del cinismo, del doble sentido”.

En suma, el Conejo Pepito ha permitido satirizar el poblanishment entero, entendido esto como “el conjunto de personas, instituciones y entidades influyentes en la sociedark y arte poblanooos que procuran mantener y controlar el orden establecido”, según se explica en el propio libro, un concepto acuñado por la artista y académica Claudia Castelán “ChispillaTronik”. Pero, ante todo, el Conejo Pepito es un personaje cómico que en cada tira vive una situación irrisoria.

“Lo más importante para mí”, dice Ángel Chánez, “es no dejar de divertirme en todo el proceso”.

El tiraje inicial del libro Conejo Pepito 2: ciudark en peligro de extensión se agotó en la reciente edición de la Fiesta del Libro. Mientras se da una nueva impresión o se anuncia la versión digital, puedes ver las tiras en el portal Lado B o adquirir impresiones y otros materiales de Ángel Chánez en la galería Los Ángeles (6 Sur, locales J-I, entre 5 y 7 Oriente, Centro).

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