‘El fantasma de Canterville’, propuesta teatral que revitaliza el humor de Oscar Wilde

En el interior de un castillo gótico del siglo XVI, en una vieja biblioteca, con pequeñas gárgolas como única compañía y frente al retrato de un antiguo aristócrata británico, los sillones comienzan a moverse por sí solos, y los estruendos de los relámpagos dan forma a una tétrica atmósfera.

Estamos en el Castillo Canterville, ubicado en una recóndita zona de Inglaterra, a donde llegan los adinerados y excéntricos Otis, una moderna familia estadounidense, con la intención de comprarlo y habitarlo. El propietario les advierte que, de hacerlo, deberán compartir vivienda con Simon de Canterville, un grotesco fantasma que deambula desde siglos atrás por los pasillos del castillo y que es conocido por ahuyentar a sustos a quien intente ahí instalarse. Los Otis, sin embargo, minimizan la advertencia.

El anterior es el argumento de El fantasma de Canterville, tanto del clásico cuento de Oscar Wilde, publicado originalmente en 1887, como de la puesta en escena adaptada y dirigida por Enrique Escalera y producida por las compañías Alegorías Teatro y Utopía Cuerpo-Espacio, que se encuentra actualmente en cartelera en el Teatro UPAEP.

Debido a su nombre y a la descripción anterior, podría pensarse que El fantasma de Canterville pertenece a los géneros del terror o el suspenso, pero esta puesta en escena es una comedia apta para toda la familia.

Óscar Aguilar y Argelia Carrasco en ‘El fantasma de Canterville’. Foto: Josué Cantorán

“Lo que pretendemos, aparte de divertir, es acercar a nueva gente al teatro”, explica el actor Óscar Aguilar, quien interpreta al señor Otis, en entrevista con LUMBRERAS. “Siento que el que vayas a una comedia divertida, te acerca al teatro, dices: yo nunca he ido al teatro y es divertido, sí me gusta”.

Con El fantasma de Canterville, los integrantes de estas compañías buscaron hacer un homenaje a Oscar Wilde al revivir uno de sus cuentos clásicos y trasladarlo a una época más reciente, los años setenta del siglo XX, lo que dota a la historia de un enfoque “más moderno y fresco”.

Para introducir al espectador al ambiente setentero, a lo largo de la puesta en escena pueden escucharse varios temas musicales icónicos de aquella década, algunos de los cuales se muestran con coreografías retomadas de famosas escenas cinematográficas.

“Con la música se pretendía introducir al espectador a la época, tener siempre el soundtrack de esa década”, añade al respecto Óscar Aguilar. “(…) Los números musicales también lo hacen más vistoso, más atractivo. Uno de los propósitos es recordar que cualquier gran clásico puede adaptarse para ser más universal, más amigable”.

Alejandro Jiménez interpreta al fantasma Simon de Canterville. Foto: Josué Cantorán

Además del cambio de época, la obra teatral se moderniza con numerosas referencias, la mayoría de ellas cómicas, a películas del cine de terror tanto comercial como de culto.

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La historia de la propuesta escénica de El fantasma de Canterville se remonta a 2019, cuando, en una clase de montaje en un programa educativo de actuación para teatro, el docente Enrique Escalera decidió trabajar con el cuento que tanto le divertía de niño.

La obra trabajada en el curso fue estrenada en octubre de ese año y logró tener una primera temporada, pero la pandemia de covid-19, que arrasó todo a su paso a inicios de 2020, truncó la posibilidad de que una segunda temporada concluyera con éxito. Los meses de confinamiento, que se alargaban sin dar tregua, hacían que la idea de retomar el proyecto se viera cada vez más lejana para el grupo teatral.

“Todo los eventos de teatro y de cultura tardaron todavía como un año y medio en retomarse”, recuerda el actor Óscar Aguilar.

Los Otis. Foto: Josué Cantorán

Ya en 2022, las actividades presenciales se retomaban y el grupo volvió a coincidir en sus clases de teatro, pero se cruzaron otros montajes, el cierre del centro cultural donde el elenco tomaba clases, y solo hasta finales de 2024, a iniciativa de Alejandro Jiménez, que había escuchado del proyecto y deseaba producir por primera vez una obra teatral, el grupo retomó El fantasma de Canterville.

En noviembre de 2024 comenzó el trabajo de conceptualización, planeación y ensayos para esta nueva versión, en la que participa casi todo el elenco inicial, salvo el personaje del fantasma de Simon de Canterville, que fue relevado por el propio Alejandro Jiménez.

Para esta versión, se agregaron nuevos elementos de producción, como escenografía renovada y un video que interactúa con la puesta en escena realizado por Alan Jair Tapia.

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Padre, madre, hija adolescente e hijo menor conforman la familia Otis. Adinerados, frívolos y, hoy se diría, “privilegiados”, los Otis encumbran los valores del capitalismo estadounidense, lo que implica que su pragmatismo y superficialidad les impiden creer en fantasmas.

“Ellos ya traen una cultura y una forma de vivir”, apunta Óscar. “Eso es lo que nos une a los cuatro como familia”.

La historia de esta puesta en escena se ubica en los setenta. Foto: Josué Cantorán

Aunque el espectro de Simon de Canterville se empeña en asustar a los americanos con técnicas que van desde aparecer manchas de sangre sobre el suelo, cubrirse con las clásicas sábanas blancas del horror gótico, hasta rechinar sus cadenas, los Otis reciben al fantasma con tal condescendencia y frivolidad que lo hacen enfurecer.

“El papá es desfachatado y no le importa gastar”, describe Óscar Aguilar al señor Otis, a quien interpreta. Janis, su mujer, a quien da vida la actriz Argelia Carrasco, es alegre, “muy vanidosa, muy guapa, muy amorosa con su esposo. Le encanta, obviamente, vivir su vida de rica”.

La hija mayor de los Otis, Virginia, interpretada por Estrella Monroy, “es una niña blanca, privilegiada, pero de esas que niegan ser blancas privilegiadas: se va a sus conciertos, quiere ser hippie y, aunque no quiere vivir de la riqueza de sus papás, lo hace”.

Jim, el hijo menor, encarnado por Jesús Barragán, “es un niño juguetón pero que está en su onda”. Inspirado de manera satírica en algunos personajes populares del cine de terror, los principales pasatiempos de Jim son molestar al fantasma y a su hermana mayor. 

“Aunque es una familia que comparte muchas características”, concluye Óscar Aguilar, “también son muy individualistas: cada quien tiene sus motivos”.

La historia de este montaje se remonta a 2019. Foto: Josué Cantorán

El fantasma de Simon de Canterville comienza a darse por vencido cuando ninguno de sus trucos cobra efecto y el hijo menor de los Otis responde a sus sustos con un ataque de almohadazos. Tal vez sea momento de rendirse.

Además de los ya mencionados, el elenco de El fantasma de Canterville está integrado también por Silveria Pardo, como la señora Umney, y Fernando Flores, como el conde Cecil y Lord Canterville.

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Para el actor Óscar Aguilar es muy importante conocer bien a su personaje y sus motivaciones, “el por qué, de dónde viene esa desfachatez, ese dinero, y luego todo eso pasarlo a tu físico, desde tu caminar, tu forma de sonreír, tu forma de hablar, tus tonos de voz (…) Yo pienso mucho que la profesión de actor es jugar”.

Para interpretar al señor Otis, el actor asimiló que una de las principales motivaciones del personaje era hacer negocios, lo cual le proporcionó una pauta para saber de qué manera reaccionaría cuando se enfrentara a distintas situaciones, como la de encontrarse con un fantasma. 

“Algo también que yo agregaría, en la creación de tu personaje, es el saber escuchar”, añadió el intérprete, “porque, digamos, yo sé que cada función es distinta y hay que saber escuchar: a lo mejor en esta función el personaje te está contando otra cosa o está sintiendo otra emoción. (…) Hay que saber leer de qué ánimo viene el público, qué tipo de público es. A lo mejor en el estreno dices un chiste y escuchas carcajadas, y en la segunda función lo dices y grillitos. Eso, como actor, no te debe de mover”.

Tanto para el público como para quienes se encargan de que la puesta en escena salga adelante, el teatro es una posibilidad de vivir otra realidad por una hora.

Eso es lo bonito del teatro: que te permite salir de tu realidad y vivir otra”, reflexiona Óscar, “porque no importa que yo, Óscar, como actor, sea penoso o no me guste hablar, pero al personaje del señor Otis le encanta hablar, le encanta ser desfachatado, le encanta reír […] La persona se queda atrás de las bambalinas del telón, pero el personaje es el que interactúa con el público”.

‘El fantasma de Canterville’ se presenta en el Teatro UPAEP. Fotos: Josué Cantorán

El fantasma de Canterville se presentará los viernes 4 y 11 de abril a las 19:30 horas en el Teatro UPAEP (11 Poniente 1931, Colonia Santiago, Puebla). Para adquirir entradas, puedes visitar las redes sociales de Alegorías Teatro.

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