En libro, reconstruyen la historia constructiva de la catedral

La actual catedral de Puebla comenzó a construirse en 1575, aunque previamente existía un edificio anterior, llamado “la catedral vieja”, que se cree, aunque no se sabe con exactitud, que habría estado ubicado en algún lugar de lo que hoy es el amplio atrio.

Podría decirse que la construcción del templo como tal finalizó a inicios del siglo XIX, cuando el arquitecto José Manzo y Jaramillo edificó dentro de él un badalquino de corte neoclásico, como parte de un proyecto de remodelación integral de sus interiores.

Todo lo que ocurrió en medio de estos dos eventos, lo que configura la historia de la construcción de la catedral poblana, está narrado en el libro La catedral de Puebla: historia de su proceso constructivo, del historiador del arte Antonio Molero Sañudo.

El libro parte de la tesis doctoral del investigador, titulada La catedral de Puebla: historia de su construcción hasta la remodelización neoclásica de José Manzo y Jaramillo, dirigida por el hoy finado José Luis Gutiérrez Robledo y que puede consultarse en el repositorio de la Universidad Complutense de Madrid, aunque condensa algunos pasajes para hacerlos más accesibles al lector no académico, y agrega información nueva que podría resultar de interés general.

“Mi idea en el libro”, explicó el historiador en entrevista con LUMBRERAS, “aunque obviamente trata muchos más temas, como se ha dicho, y tiene un espectro mucho más amplio, es casi arquitectónica, pero más que arquitectónica, de un cantero, ese trabajo físico al realizar un edificio. El libro cuenta la historia constructiva desde el minuto cero de la construcción. Hay un capítulo que habla de la fundación y formación de la ciudad, que es indispensable”.

Al finalizar una presentación del libro en el Museo de Arte Religioso de Santa Mónica, el historiador del arte explicó a esta revista digital que su libro abarca unos tres siglos de historia y se basó en una extensa investigación tanto documental, archivística, como in situ, que consistió en revisiones y mediciones exhaustivas del inmueble.

“Yo retomo las palabras de mi amigo y director de tesis, el arquitecto Pedro Navascués”, dice el historiador sobre quien fue el primer asesor de su proyecto: “un edificio es el documento más importante a visitar y revisitar”.

La ardua documentación y revisión del templo permitió al investigador realizar una serie de proyecciones en tercera dimensión que hacen posible que el lector vea cómo habría lucido la catedral en distintos momentos de su construcción, que son “hitos arquitectónicos que fueron importantes, porque determinado maestro llegó a cambiar una serie de bóvedas o a cambiar una traza, unos planos anteriores”.

Puedes ver un ejemplo de esto en el siguiente video.

Calificado durante la presentación como un libro de gran valor historiográfico cuya metodología podría ser imitada para estudiar la historia constructiva de otros inmuebles, el estudio de Antonio Molero logró rebatir o confirmar algunas ideas que aún estaban en discusión.

Por ejemplo, el investigador logró localizar en muros y cornisas las marcas de talleres de cantería que permiten confirmar quién las construyó. “Eso es producto de recorrer el edifico”, dijo el investigador, “y estar encima, nunca mejor dicho, estar encima del edificio”.

Otro aspecto novedoso de la investigación fue la presentación de un proyecto que habría dejado Juan de Palafox para la colocación de dos sagrarios y algunas otras ideas sobre la catedral.

“Este proyecto”, explicó Antonio Molero, “incluía a la catedral en la ciudad con una serie de arquerías hacia la plaza, adosadas al muro norte, que da al zócalo, así como un atrio completamente cerrado a manera de monasterio, y una colocación de sagrarios al frente de la catedral que incluso en estudios de georradar se han llegado a confundir con la catedral vieja”.

Otro de los aspectos que se discuten en el libro de manera casi inédita es el hecho de que Juan de Palafox y Mendoza consagró la catedral cuando su construcción aún estaba considerablemente incompleta, debido a la premura con la que debía volver a España, cosa que resulta atípica para esa época.

“El saber que ninguna de las dos torres se había construído”, dice, “que no había portada, no había muchos elementos que no son fundamentales pero sí importantes para que se consagre una catedral, y más de la categoría de la segunda ciudad de la Nueva España en ese momento”.

Durante la presentación, la historiadora del arte Adriana Alonso Rivera destacó la amplia documentación que sustenta al libro, que permite incluso revisar los daños que le ocasionaron ocho terremotos ocurridos durante el siglo XVIII.

La arquitecta María del Carmen Fernández de Lara Aguilar comentó sobre la minuciosa descripción arquitectónica que el autor hace del inmueble, y el historiador Arturo Córdova aseguró, por su parte, que el libro es el estudio más completo de la catedral hasta el momento, pues se realizó “piedra por piedra”.

El libro La catedral de Puebla: historia de su proceso constructivo, editado por el ayuntamiento de Puebla y el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades Alfonso Vélez Pliego, de la BUAP, no está aún disponible para venta.

Sin embargo, para conocer más sobre las investigaciones de Antonio Molero sobre la catedral de Puebla, puedes visitar su página web, donde están disponibles más de veinte videos con alzamientos en tercera dimensión, producidos por Sotero Ruiz Lacal, y explicaciones minuciosas sobre los hallazgos de la investigación, o bien consultar la tesis.

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