El álbum Ciudad soledad, de Iván García y Los Yonkis, se publicó primero en formato cidí, en 2020, como una estrategia para solventar las necesidades de los integrantes de la banda, cuando la llegada de la pandemia de covid-19 a México los obligó a cancelar todas sus presentaciones en vivo.
Después, en un recorrido contrario al que es común hoy para los materiales musicales, el álbum llegó a finales de ese año a las plataformas digitales.
Este viernes 21 de enero, Ciudad soledad por fin podrá tener su primera presentación en vivo en el Beat 803 (24 Norte 803, colonia Humboldt), donde algunas canciones del disco, como “Sarcófago”, “Desayuno en el bar” y “Carta”, serán interpretadas en vivo por primera vez.
Iván García, vocalista y compositor de la banda, charló con LUMBRERAS sobre este disco, donde destapa su lado más folk, con influencias de Bob Dylan y otros compositores estadounidenses, y deja de lado por un momento el estilo ochentero y darketón que había sobresalido en otros de sus materiales.
“El disco es de folk-rock”, explica Iván García sobre Ciudad soledad. “No es tan folky como mi disco anterior de solista, Sal paraíso. Este sí es más folk-rock, por eso está con Los Yonkis. Rescatamos a nuestros héroes como Tom Petty, cuya muerte también estaba fresca y retomamos como una inspiración, y el cantautor español Quique González, al cual le dedicamos el disco”.
Las canciones de Ciudad soledad se basan en composiciones para guitarra acústica y voz, y están complementadas con instrumentaciones de formación clásica de banda de rock (guitarra eléctrica, bajo, batería y teclados), y en muchas de ellas se escuchan instrumentos del folk clásico estadounidense, como las armónicas.
“La transición ha sido clara”, dice Iván a LUMBRERAS. “Es curioso porque yo siempre he sido folkero, dylaniano. En mi adolescencia me pegó mucho lo ochentero, Echo & The Bunnymen, The Cure, entonces, aunque siempre escribí mis canciones en guitarra acústica, en algún momento adoptamos ese sonido más de los ochentas, algo más como de The Smiths, o del Morrissey solista, que a mí me gusta mucho”.
Con el tiempo, Iván volvió a escuchar otras de sus influencias tempranas, como el folk más ortodoxo de autores como Phil Ochs y Townes Van Zandt, y clásicos como Dylan y Neil Young. Esto se mezcló con las influencias que en aquel momento escuchaba Carlos Iván Carrillo, guitarrista de la banda y productor del disco, más bien relacionadas con el rock argentino.
Algunos de los temas que integran Ciudad soledad, como “Desayuno en el bar” y “Gárgolas”, ya existían previo a la llegada del covid-19 a México. Otras, como “En casa”, “Gato”, “Estepicursor” o la misma “Ciudad soledad”, fueron inspiradas por el confinamiento. En el curso de la primera etapa de la pandemia, estas composiciones fueron tomando forma para englobarse en un álbum conceptual con sonido definido.
“Soy un necio que cree todavía en los álbumes”, dice Iván. “No soy amante de los sencillos. Incluso me caga ver en Spotify a un artista que tiene como diez carátulas con diferentes sencillos. Yo soy fan del álbum y de que este sea un concepto, un sonido general”.
Ciudad soledad fue grabado en el estudio de la productora Casa Yonki, que encabeza Carlos Iván Carrillo, con apoyo del estudio Santa María y de la revista Sputnik. El diseño de portada corrió a cargo de Israel Díaz.
La entrada a la presentación en vivo de Ciudad soledad tendrá un costo de cien pesos en preventa o 150 el día del evento. La banda Té de Brujas estará invitada.
Si asistes a conciertos, te recomendamos extremar las medidas de control sanitario: utilizar el cubrebocas en todo momento, mantener en la medida de lo posible la sana distancia y lavar y desinfectar tus manos constantemente.
Para que conozcas más sobre Ciudad soledad, Iván García contó a LUMBRERAS más detalles sobre seis temas del álbum. Aquí puedes leer lo que nos dijo.
Ciudad soledad
Es una canción muy biográfica, cuenta varios aspectos de mi vida. Es también un homenaje a Puebla. He intentado, desde hace años, y sigue siendo un intento, hacer un sonido del rock poblano, así como existió en Guadalajara o Monterrey. Creo que es necesario y, más que un sonido, una voz, un discurso. “Ciudad soledad” es una de esas canciones homenaje a Puebla, y sí hay referencias a Dylan, a Bruce Springsteen, y aunque nunca lo pensé de esa manera, porque nunca he sido muy fan, pero parece ser que se asoma también Rockdrigo González. Creo que lo cité por mi cercanía con algunos personajes del movimiento rupestre que son amigos míos. Muchas veces me han querido añadir a sus filas como un neo-rupestre. Yo no me considero así, pero aparezco en el libro Rupestre, toco en foros que son específicos de este sonido rupestroso. Esta canción da título al disco porque simboliza cómo se veían las calles en la pandemia.
Tiempo
Está entre el blues y el rock and roll. Es el homenaje más grande que le he hecho a la nocturnidad poblana. Incluso menciono lugares, como Analco, como el Karuzo, algún personaje que alguna vez conocí en alguna de las cantinas. Desarrolla también una parte biográfica: esta necedad de vestir de negro, de hacerse el copete, de todavía tener la actitud, como dice, de “loquillo”, la actitud rock and roll. Trata de eso: del forever young. Somos una generación en la que hemos sido muy aguerridos, pese a los que los adultos digan. Somos una generación muy fuerte, muy padelante. Sí tenemos otras nuevas perspectivas del mundo. Eso es lo que quizá nos haya hecho enemistarnos con las generaciones anteriores, no solo con el alcohol, la noche y las drogas, que sí son divertidas. En este caso quiero que la gente la escuche y se sienta identificada para decir que somos duros de roer a pesar de que nos digan “generación de cristal”. Quise musicalizarlo también así, como de esas generaciones que se sienten rudas, en el buen sentido.
Sarcófago
El disco tiene muchas canciones con historias a las que yo les llamo “Sid y Nancy”, de amor à la Sid y Nancy, de esas parejas que tenemos que muchas veces construimos a partir del carpe diem y de la vida nocturna. Habla mucho de eso. Siento que también es un referente de nuestra ciudad. Me parece que Puebla es una de las ciudades con actividad nocturna más fervorosa. Hay muchos lugares que todos conocemos y que nadie dice que te puedes ir hasta el amanecer. También, aunque es una historia de amor, de cierta manera es un homenaje a la vida nocturna poblana y tiene una parte que es real, que muchos me han preguntado, acerca de Varela y Nacho Vegas. Esos dos pasajes fueron reales. También le da esa parte morbosa y chismosa que tenemos todos, que queremos saber acerca de eso.
Whisky y anfetas
Siempre me han gustado las canciones con poco ornato armónico, muy sencillas. Me encantan las canciones de cuatro acordes. Dylan tiene muchas canciones así, pero esta es de mis canciones más complejas, más complicadas. Tiene su ondita, su chiste. Es una especie de balada blues, el ritmo es diferente, y esta no es biográfica, se la escribí a un querido amigo que pasaba una situación así. Era piromaniaco. Siempre tuve miedo de que un día quemara todo y lo mandara a la chingada. Sí es una historia de desamor trágico que tiene su lado también borrachoso y drogo.
Vendrá la muerte
Considero que es mi canción favorita del disco, musicalmente me encanta. Es un folk. Mucha gente confunde el arpegio trovero con el folky, pero tiene sus diferencias. Este tiene su arpegio folky. Le faltó su steel guitar. En Puebla desafortunadamente todavía no contamos con alguien que toque ese instrumento, que es el que da mucho la atmósfera folk a las grandes bandas. Es otra canción de amor Sid y Nancy. Esta específicamente es la que situaría en la Ciudad de México. Si la escuchas, te evoca más a las calles de allá. Y el verso se me hizo hermoso, es uno de los versos casi clichés. En mis talleres de composición yo siempre digo que ha habido figuras comunes, pero estas mismas figuras comunes puedes reinterpretarlas, remoldearlas, para que funcionen. Eso es lo que quise darle: una nueva versión al clásico verso.
Estepicursor
Es otra de esas canciones de arpegio. Tengo muchas. Hay un malentendido que ese arpegio es específico de la trova. Se me hace algo que solo ocurre aquí en México, porque los trovadores le echaban mucha crema a sus tacos a la hora de hacer arpegios, o reversionaban rolas y solo porque las arpegiaban ya eran trova. Ese ha sido un mal que nos dejaron esas generaciones a nosotros. Es curioso porque la idea me surgió también en tiempos pandémicos. Iba en la calle caminando en la soledad y me encontré un estepicursor urbano, que fue una bolsa de basura rodando por la calle, y me recordó mucho a esa escena de Belleza americana. Pero también, como es un disco folky, te remite al desierto, a esta parte más western. Y sí, tata de eso: el eterno movimiento. También es una canción atea. Yo siempre me he declarado ateo, y al final dice “porque aquí dios perdió la jurisdicción”. En tiempos tan terribles, donde hasta daba miedo encontrar muertitos en la calle, parecía que así, cada vez, eso era más real. Es también de mis canciones favoritas. Aunque es más austera, en vivo es una canción que suena poderosa.