Leonardo da Vinci: el regreso de los dioses paganos es una nueva biografía del pintor y genio renacentista escrita por el ensayista mexicano Gabriel Bernal Granados. Si bien pareciera que ya todo esta dicho sobre este personaje tan importante para diversas áreas del conocimiento humano, en esta reseña de Alejandro Badillo se destacan los puntos novedosos de este nuevo título, publicado en 2021 por Turner.
Thomas Carlyle especulaba con una biografía de Miguel Ángel que no mencionara, en ningún pasaje, su obra. El escritor escocés trataba de demostrar la complejidad de una biografía y las múltiples aproximaciones que se le pueden hacer. La idea, rescatada por Wilde y después por Borges, es importante para la actualidad, una era en la que se abusa de la simplificación y las etiquetas. Los artistas de más valía son, a menudo, contradictorios, caóticos y diversos. El mercado, por el contrario, busca uniformar todo en una sola cara, una imagen o, incluso, una frase.
Leonardo da Vinci: el regreso de los dioses paganos, de Gabriel Bernal Granados, es un ensayo minucioso que evade los lugares comunes sobre el artista italiano. El lector común podría pensar que ya no se puede decir mucho sobre Leonardo, un personaje explotado hasta el hartazgo y reducido a un par de obras. Sin embargo, desde las primeras páginas, nos damos cuenta que el artista es, en realidad, un desconocido. Más allá de las teorías de conspiración que rodean la vida de Da Vinci –en especial las relacionadas a su obra más famosa, La última cena, pintada en un muro del convento dominico de Santa María delle Grazie, en Milán–, Bernal Granados hace un recorrido por algunas de sus piezas menos mediáticas y las pone a dialogar con su contexto histórico y con las posibles motivaciones del artista. Por supuesto, en una época en la que los creadores permanecían casi en el anonimato, a expensas de los mecenas y poderosos a quienes servían, son naturales los espacios oscuros en las biografías. Bernal Granados se encarga de iluminar aquellos elementos a través de la reflexión y de un conocimiento que trasciende la crítica pictórica para llevarla a terrenos de la poesía o la especulación filosófica.
Hay varias ideas destacables en El regreso de los dioses paganos. Quizás la que vertebra todo el libro es la dualidad: vida y muerte; día y noche; luz y oscuridad. Partiendo de varias tradiciones y del neoplatonismo renacentista, nos acercamos a la obra de Leonardo como si fuera un artista recién descubierto. La época en la que vivió Leonardo fue un momento de crisis, ya que la técnica y el conocimiento comenzaron a cambiar con rapidez. La biografía del personaje, justamente, condensa esta paradoja: la pasión por la ciencia y los artefactos mecánicos que diseñó para la guerra; por otro lado, el sentido oculto –casi esotérico– en muchas piezas. Otro punto interesante en el libro de Bernal Granados es la continua renuncia de Da Vinci para acabar algunas obras en las que trabajaba. En ese sentido, como apunta, el genio italiano prefiguró la idea de una obra en proceso, es decir, involucrar al autor con su creación a través del tiempo y, de esa manera, dialogar con un espectador futuro. Renuente a usar el lenguaje de las palabras –a pesar de las anotaciones dispersas en cuadernos– Leonardo plasmó todo su conocimiento en sus obras y, por eso, pensó en ellas como mecanismos que ofrecen diversas versiones o diferentes posibilidades de interpretación.
Me parece que el ejercicio que hace Bernal Granados encuentra una analogía interesante en La última cena. La pintura se deterioró casi de inmediato y, durante un tiempo, no tuvo ningún cuidado especial. Mucho después empezó a una labor titánica: rescatar de la pared el concepto original, la idea que había tenido el artista en mente. Por supuesto: es una tarea destinada al fracaso. Lo que tenemos es una lectura posible que nunca acaba. Bernal Granados enfrenta, con la misma dificultad, pero con la pasión del crítico, el trabajo de ir capa por capa para rescatar los colores y matices que sólo aparecen para quien tiene el conocimiento y sabe observar con calma. En este mismo tenor, la prosa de El regreso de los dioses paganos tiene la capacidad de conducirnos con parsimonia, sin juicios apresurados, por los aspectos más profundos de la obra de Da Vinci.