Muestran el arte contemporáneo de los pueblos originarios

Veinte artistas “relacionados con comunidades originarias” que exploran los lenguajes contemporáneos integran la exposición “Los huecos del agua”, curada por Itzel Vargas Plata y disponible desde el pasado sábado y hasta el 17 de julio en el Museo Amparo (2 Sur 708, Centro).

Esta exposición, que ya se presentó en 2019 en el Museo Universitario del Chopo, en la Ciudad de México, inició como parte de una investigación que la curadora comenzó a partir de una pregunta: “¿qué pasa con el arte contemporáneo indígena?”. La actual curadora en jefe del Museo del Chopo, sin embargo, descartó muy pronto ambos conceptos, según confió durante una rueda de prensa en la que se dieron a conocer los detalles de la muestra.

El concepto “indígena”, ahondó al respecto, surge de un pensamiento colonialista, mientras que el llamado arte contemporáneo es una conceptualización occidental que no necesariamente logra enmarcar la práctica artística de los creadores que Itzel Vargas buscaba estudiar y analizar. Por ello, al final se conformó con ajustarse a un cuerpo de obra que englobara a “artistas relacionados con comunidades originarias”.

Itzel Vargas Plata entre dos cuadros de Tlacolulokos. Foto: Josué Cantorán

Pero al revisar la obra de artistas como Octavio Aguilar, César Catsuu López y José Chi Díaz, Itzel sí encontró coincidencias en el tratamiento de diversos temas que reflejan las problemáticas sociales, y por tanto las preocupaciones, que enfrentan los pueblos originarios del territorio hoy llamado México y sus integrantes. Los más evidentes, añadió Itzel Vargas, fueron el deterioro ambiental de sus territorios, el desplazamiento, el racismo en general y, más en particular, la discriminación lingüística, que se refleja en la castellanización obligada a la que los pueblos indígenas han sido sometidos desde tiempos virreinales.

Artistas como Abraham Gómez, Humberto Gómez Pérez o Sabino Guisu, explicó la historiadora del arte, al ser parte de estos grupos originarios y vivir en un presente complejo, se encuentran en una compleja negociación entre su pasado ancestral y su vivencia actual.

Por ello, al realizar este trabajo curatorial, Iztel Vargas buscó no caer en la idealización ni la folklorización de los artistas y los pueblos originarios a los que pertenecen. Para explicar este último concepto, Itzel refirió un ensayo de Tajëëw Díaz Robles y la lingüista ayuuk Yásnaya Aguilar Gil que se encuentra publicado en el catálogo de la muestra.

Varias piezas de la muestra reflexionan sobre la castellanización obligada. Foto: Josué Cantorán

“La diversidad cultural asentada en el territorio estatal mexicano”, leyó la curadora, siguiendo a los autores ya citados, “a efectos de incluirse en el imaginario popular nacional, se ha folklorizado, si entendemos la folklorización como el proceso a través del cual las manifestaciones culturales de pueblos y comunidades indígenas son convertidas en espectáculos y productos para el consumo externo a las comunidades”.

La curadora citó entonces ejemplos como el festival de la Guelaguetza, en Oaxaca, y la apropiación indebida que diversas casas de diseño de modas han hecho de diseños textiles y técnicas propias de pueblos indígenas mesoamericanos. Si bien evitar la apropiación indebida o la folklorización al abordar la producción cultural de los pueblos originarios no es necesariamente sencillo, Vargas Plata explicó que pueden seguirse varias estrategias para lograrlo.

“Podemos tocar las problemáticas de esas geografías”, abundó en respuesta a estos cuestionamientos, “y no solo enfocarnos en obras donde se puede ver una gran maestría en la manera en que, por ejemplo, se replica un paisaje”.

Por otro lado, continuó la investigadora, la exposición a su cargo no aborda la discusión añeja sobre la diferencia entre el arte y la artesanía, debido a que todos los artistas que fueron tomados en cuenta para el proyecto pertenecen al sistema artístico y producen obra con el fin de que sea concebida como arte.

Problemáticas medioambientales, como la reducción de la población de abejas y la contaminación de los subsuelos, son abordadas por estos artistas. Fotos: Josué Cantorán

“No toca esa problemática”, finalizó Itzel Vargas Plata, “porque los artistas que están en ella desarrollan obra con la intención de que circule en el ecosistema artístico. No es que nosotros tomemos un objeto y lo descontextualicemos y lo traigamos al espacio expositivo. Eso fue algo fundamental: que las obras tuvieran la intención de ser obras”.

La exposición

“Los huecos del agua”, que toma su nombre del concepto de “pensamiento archipiélago”, de Édouard Glissant, se compone de 88 obras de arte contemporáneo producidas por veinte artistas o colectivos artísticos del territorio mexicano, entre ellos Ana Hernández, Martha López López y Reyes Joaquín Maldonado Gamboa.

Las técnicas en las que fueron producidas las piezas de la exposición van desde el video, la escultura, el bordado, la instalación, la fotografía, la pintura, el grabado y los libros de artista. El colectivo Tlacolulokos, formado por Darío Canul y Cosijoesa Cernas, además de prestar varios de sus óleos y piezas con objetos encontrados, realizó un mural ex profeso para la exposición en el Museo Amparo.

La exposición abarca técnicas tan diversas como el bordado y la escultura con objetos encontrados. Foto: Josué Cantorán

Los artistas contenidos en la exposición, según señala el Museo Amparo en un comunicado, “trabajan con la compleja reinvención de su presente y con los legados de culturas anteriores a la llegada de los conquistadores españoles al territorio hoy conocido como México por medio de distintas técnicas y reflexiones”.

Además de los ya mencionados, los artistas que forman parte de “Los huecos del agua” son Angélica, David, Gabriel, Gersam, Carlos Martínez González, Noé Martínez, Andy Medina, Maruch Méndez, Omar, Fernando Palma Rodríguez, Mauro Pech, Baldomero Robles Menéndez, José Angel Santiago, Maruch Santiz Gómez, el Colectivo de Mujeres Fotógrafas Indígenas “Juana López López” y varios autores de Chiapas coordinados por Mia Rollow de Zapaterías Proyect.

“Los huecos del agua” puede visitarse de miércoles a lunes de 10 a 18 horas con entrada gratuita para residentes de Puebla. Para conocer las actividades alternas que el Museo Amparo está preparando para complementar la exposición, puedes seguir sus redes sociales.

Comment 01

  1. 5 octubre, 2023

    soy artista visual y practicante de chamanismo esencial. Esta muestra y todo su contenido es es esencial . Gracias por hacer hacer visible lo que se hizo invisible durante siglos de apropiacion ,exterminio, racismo. Es hora de retorno digno los pueblos originarios lo necesitan y el arte es una manera de hacerlo visible.

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