Por un día, la Biblioteca Palafoxiana exhibió uno de sus libros más antiguos

Uno de los ejemplares originales de Las crónicas de Núremberg, libro considerado como incunable por haber sido impreso en el siglo XV como uno de los primeros trabajos de la entonces recién creada imprenta, fue mostrado al público el pasado domingo 18 de febrero en la Biblioteca Palafoxiana (5 Oriente 5, Centro, Puebla), recinto que se encarga de su resguardo.

Este volumen, uno de los primeros libros impresos en la historia, fue editado y publicado en dos versiones preparadas simultáneamente en 1493 por su autor, Hartmann Schedel: una en latín, que vio la luz el 12 de junio, y otra en alemán, que se lanzó meses después.

Entre sus páginas, Las crónicas de Núremberg cuentan la hasta entonces conocida historia universal basada en el relato de la Biblia. Por sus más de mil 800 xilografias (grabados producidos mediante placas de madera), esta es considerada una de las obras con mayor riqueza ilustrativa del siglo XV.

A lo largo de 600 páginas divididas en siete partes, el libro incluye la narración de la historia de la iglesia católica, historia laica, la antigüedad clásica, eventos medievales, eventos astronómicos, mitos, leyendas y fábulas de la época.

En el siguiente tuit puedes ver dos imágenes de los interiores del ejemplar de ‘Las crónicas de Núremberg’ de la Biblioteca Palafoxiana:

Asimismo, todo el prólogo está dedicado a describir e ilustrar el proceso de la creación del mundo día por día, según la tradición judeocristiana, hasta llegar al séptimo día: el del descanso y el que está representado con más detalles y complejidad.

El Liber Chronicarum (o Libro de Crónicas), como se tituló en latín, o Die Schedelsche Weltchronik (La historia del mundo de Schedel), como se nombró en alemán en honor a su autor, fue considerado en su época como lo que en la actualidad se denominaría un best seller editorial.

Ampliamente aceptado entre los integrantes de la sociedad europea, su valor oscilaba entre los 3.5 florines para la versión “rústica”, que no estaba encuadernada ni coloreada, y hasta ocho florines para la versión más ostentosa.

Además, se cree que en la preparación de las ilustraciones participó Alberto Durero, el máximo exponente del renacimiento alemán, quien, antes de alcanzar la cumbre en su carrera pictórica, fue un joven aprendiz entre los años de 1486 y 1489 en el taller de grabado de Michael Wolgemut y Wilhelm Pleydenwurff, lugar que, con sus 645 planchas, estuvo a cargo de todas las xilografías del libro.

En el siguiente video producido por la catedral de Segovia puedes conocer un poco más sobre ‘Las crónicas de Núremberg’.

Las crónicas de Núremberg, impresas en la ciudad del mismo nombre, reflejaron un esfuerzo conjunto entre diferentes personalidades de la época. Por un lado estuvo Anton Koberger, influyente empresario y vendedor de libros con editoriales en Francia e Italia; y por otra parte, el médico Hartmann Schedel, su autor, miembro del círculo de humanistas de la ciudad, quien se encargó de compilar el texto en latín junto con el escribano Georg Alt, quien lo tradujo al alemán.

Se calcula que, inicialmente, se hicieron alrededor de dos mil 500 copias entre la versión latina y alemana. Sin embargo, se estima que tan solo han sobrevivido 400 ejemplares y algunos de ellos están resguardados en diversos espacios culturales alrededor de todo el mundo.

Entre ellos, se encuentran la Academia de San Fernando de Madrid, la Abadía del Sacromonte de Granada, ambas en España; el Museo de Bellas Artes de Boston, Estados Unidos, y la Biblioteca Nacional de Chile, en Santiago.

En México pueden encontrarse dos tomos. El primero de ellos está ubicado en la Biblioteca Palafoxiana de Puebla, donde pudo verse el pasado domingo dentro de las actividades del organismo Museos Puebla, y uno más dentro de las instalaciones de la Biblioteca Pública Central del Estado de Durango “Licenciado José Ignacio Gallegos Caballero”.

¿Qué son los incunables y cuántos de ellos hay en la Biblioteca Palafoxiana?

Se conoce como “incunable” a los ejemplares editoriales impresos entre 1450 y 1500, los primeros tiempos de la imprenta desde su invención. Los incunables son considerados de alto valor histórico, por lo que usualmente se resguardan en instituciones especializadas para dicho fin.

La Biblioteca Palafoxiana cuenta en su acervo con nueve de estas ediciones. Entre ellas, Las crónicas de Núremberg (1493) son la quinta más antigua, solo por detrás de Los nueve libros de Historia, de Heródoto, impreso en 1473; La ciudad de Dios, de Agustín de Hipona, de 1475; Sermones de temporada y de santos, de 1481, y el Tratado de Fiebribus, de Gentile da Foligno, de 1486.

La exhibición de ‘Las crónicas de Núremberg’ en la Biblioteca Palafoxiana formó parte de la cartelera cultural del organismo Museos Puebla. Para conocer más sobre su oferta, puedes seguir sus redes sociales.

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