El periodista Ricardo Raphael presentó su novela Hijo de la guerra (2019), relato psicológico y periodístico sobre Galdino Mellado, miembro fundador del cártel de Los Zetas, en el marco de las actividades del Coloquio de Literatura Aplicada de la Universidad Iberoamericana Puebla, celebrado hace un par de semanas.
Este material, publicado por la editorial Seix Barral, utiliza un conglomerado de recursos narrativos que van desde la entrevista, la crónica y el estudio de expedientes judiciales, hasta la novela de no-ficción, la autobiografía y el retrato psicológico. Estos elementos se traslapan para transgredir los límites entre el periodismo y la creación literaria, y, según el periodista, “para aproximarse a una realidad tan terrible que no permite ser vista de manera desnuda”.
“Descubrí que el cruce de géneros literarios era la única manera de abordar un tema tan inasible en uno solo”, explicó Ricardo Raphael durante la presentación del libro, disponible en librerías. “(Intenté) hacer algo con la suficiente eficacia para democratizar el conocimiento que estaba adquiriendo. La literatura fue el vehículo”.
Este ejercicio, según el comunicador, le permitió entender la macrofísica de la criminalidad mediante la comprensión de la microfísica emocional de Galdino Mellado, quien fue miembro del ejército mexicano y posteriormente se convirtió en uno de los veinte fundadores de la organización criminal conocida como Los Zetas. No obstante, señaló el autor, su intención fue mostrar la caída del antihéroe, contrario a lo que se hace en la llamada literatura “sicaresca”, un género surgido en recientes décadas en el que se ensalza heroicamente a los victimarios.
Como parte de su trabajo de investigación, Ricardo Rapahel entrevistó cada miércoles, durante más de un año, al exintegrante del grupo delictivo que fungió como su protagonista en el centro penitenciario de Chiconautla.
“Para mí”, recordó el periodista en las instalaciones de la Ibero Puebla, “era esencial estudiar el alma humana, entender al individuo, entender cómo alguien cruza la frontera y se vuelve no solo un sicario, sino alguien que tortura, que destaza y que, según su cuenta, llevaba más de cuatrocientos treinta homicidios”.
Fue en aquel centro penitenciario, ubicado en los alrededores de un basurero en el Estado de México, donde Ricardo Raphael vivió uno de los puntos más cruciales del proceso.
“Fue un cambio de papeles entre el entrevistado y entrevistador”, reconoció el también columnista político, “donde la empatía hizo que yo pudiera reírme de su bromas macabras y que él se fuera interesando por mi insulsa vida”.
Sin embargo, advirtió “no hubiera habido manera de construir esta materia literaria sin el riesgo de la inversión de los papeles. Por el miedo a acercarme, me hubiese perdido de la riqueza que implicó durante esos dieciocho meses esas conversaciones cargadas de intimidad”.
Hijo de la guerra es, además, un diálogo con la historia reciente de México, pues está lleno de referencias que, afortunadamente, ya se encuentran en la red, sobre todo en los llamados narcoblogs.
“Comprender el origen de la violencia”, añadió al respecto el autor, “es importante para la conversación de una época (…) Este libro me ayudó a responder algunas de las dudas que tenía sobre esta extraña época de 1999 a 2008, en donde se gestó este conflicto armado interno”.
Por otro lado, el trabajo de investigación que Raphael debió emprender para la construcción de la novela Hijo de la guerra lo llevó a encaminar su trabajo periodístico hacia rumbos específicos, pues a partir de ese momento comenzó a centrarse en temas judiciales.
“Lo que provocó este libro es que, si bien yo ya andaba en esas, sí centré mucho más mi trabajo periodístico en periodismo judicial”, comentó Ricardo Raphael en entrevista con representantes de los medios al finalizar la presentación de su libro. “Hubo algo en esta descubierta, que me di cuenta que el tema de la justicia me importaba mucho más de lo que yo mismo había aceptado, centró mi interés por esa estructura que produce injusticia y violencia”.
El periodista, quien recientemente ha acusado el ser objeto de actividades de espionaje por parte del gobierno mexicano, adelantó que está trabajando en una investigación de largo aliento sobre el llamado caso Wallace.
“Ahora lo que estoy escribiendo”, adelantó, “es un relato largo sobre el caso Wallace, y no me podría explicar ese esfuerzo si no hubiese sido a partir de la descubierta en lo que encontré aquí en Hijo de la Guerra”.