Familiares, amigos y antiguos profesores de la periodista Selene Ríos Andraca preparan la publicación póstuma de La desilusión de Dios (2022), la novela en la que la reportera trabajaba antes de morir, en 2016, y con la que planeaba titularse de la maestría en literatura que cursaba en la Universidad Iberoamericana Puebla.
El primer texto de ficción de largo aliento de la reconocida reportera sigue a Nicolás, un pusilánime sacerdote con tendencias pedófilas. En la primera sección del libro, el protagonista de la novela es expulsado en medio de un escándalo de la comunidad de Cuacnopalan, del municipio de Palmar del Bravo, Puebla, después de abusar sexualmente de varios menores de edad.
En el resto del relato, los lectores seguimos su camino por diversos lugares, entre ellos la ciudad de Los Ángeles, California, a donde el prelado es enviado por sus superiores eclesiásticos para protegerlo del escándalo y de las autoridades que buscaban localizarlo. En cada parada, sin embargo, el sacerdote sigue aprovechando la situación de vulnerabilidad de las familias que encuentra a su paso para engatusar y abusar de jóvenes preadolescentes.
Con un estilo cuidado, sólida noción de la escena y narrativa prolija, Selene Ríos Andraca selló con La desilusión de Dios una larga investigación periodística en la que trabajó durante años para conocer los pormenores del caso de pederastia clerical del sacerdote Nicolás Aguilar Rivera, quien abusó de más de 120 menores de edad. Con este texto, la periodista cubrió, desde la ficción literaria, aquellos eventos que no logró cerrar desde el periodismo de investigación.
El libro, editado por La Aldea y que podrá encontrarse próximamente en librerías, contiene un prólogo del investigador literario José Sánchez Carbó, de la Universidad Iberoamericana Puebla, quien fungía como asesor de la periodista en su proyecto escritural. En este análisis, Sánchez Carbó inscribe a La desilusión de Dios como “literatura de lo real”, debido a la profunda investigación periodística que la antecedió, y a que “la ficción cobró protagonismo para llenar los huecos informativos”.
A pesar de que La desilusión de Dios se extiende por más de doscientas páginas y cuatro largos apartados, su autora no logró finalizar del todo su manuscrito debido a que un cáncer le arrebató la vida, de manera prematura, a los 33 años de edad. Por ello, el también periodista Edmundo Velázquez, su amigo, se encargó de la escritura de un epílogo, con el que cierra el volumen, que actualiza la situación en la que se encuentran las personas que inspiraron los personajes de la novela.
La periodista
Originaria de Chilpancingo, Guerrero, Selene Ríos se afincó en Puebla para realizar sus estudios en ciencias de la comunicación en la UPAEP. Al egresar, se convirtió rápidamente en una de las reporteras de la fuente política de Puebla más prometedoras y reconocidas, debido a su probada vocación, espíritu crítico y gran carisma.
La periodista se desempeñó como reportera por varios años en las páginas del diario Cambio, donde cobró notoriedad nacional por su cobertura del escándalo que se desató tras la detención de la periodista Lydia Cacho, víctima de tortura psicológica por órdenes del exgobernador Mario Marín. En 2012, animada por seguir una línea editorial más afín a sus convicciones personales que las del diario donde laboraba, Selene decidió fundar su propio medio digital, Periódico Central, que dirigió hasta su muerte, en 2016.
En él, Selene se encumbró como una de las periodistas más críticas hacia el entonces gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, y su gestión pública, caracterizada por su autoritarismo y opacidad.
Los periodistas Viridiana Lozano, Edmundo Velázquez y Yonadab Cabrera se encargan hoy día de la gestión de Periódico Central, que celebró hace unas semanas su primera década de existencia con la presentación de la novela que Selene dejó inédita. Un primer tiraje de la novela —del que LUMBRERAS recibió un ejemplar— fue distribuido entre familiares y amigos de la reportera, y se espera solo la conclusión de los trámites legales de registro de derecho de autor del texto para que el libro esté disponible y en circulación oficial.
El caso Nicolás Aguilar
A pesar de que Selene Ríos destacó como periodista política, hubo un tema que la obsesionó y que la llevó a investigar durante años, en sus fines de semana, hasta responder casi cada una de las preguntas que surgían: el del sacerdote pederasta Nicolás Aguilar Rivera.
Durante años, la reportera siguió la pista del religioso acusado de abusar sexualmente de más de un centenar de menores de edad, y logró comprobar la protección que se le brindó desde el episcopado mexicano, así como que, en algún tiempo, el sacerdote gozaba de tal impunidad y protección que ya ni siquiera se escondía, a pesar de que una aprehensión en su contra había sido girada desde 1997.
Selene, además, logró entrevistar a varias víctimas directas del sacerdote, algunas de las cuales aún eran menores de edad cuando le compartieron su testimonio. Joaquín Aguilar Méndez, la víctima más visible del sacerdote pederasta, entabló una amistad inmediata con la periodista.
Las investigaciones de Selene Ríos sobre Nicolás Aguilar Rivera fueron publicadas en el diario Cambio, donde laboraba, pero también en revistas especializadas en periodismo investigativo, como Contralínea y Proceso.