María José Benítez cuestiona la identidad y el cuerpo

Como parte de sus proyectos “Materia viviente” y “Cruzar el mundo en un hilo”, la artista visual María José Benítez presentó el pasado jueves la pieza de arte contemporáneo “Dispositivo de ADN colectivo” en el patio conocido como “ágora” de la Universidad Iberoamericana Puebla. La pieza consiste en un cordón tejido de cabellos humanos donados por once personas, entre amigos y familiares de la artista.

Este trabajo forma parte de una exploración más amplia que gira en torno a los temas de la identidad y el cuerpo, y que ha permitido a la artista obtener en 2021 el beneficio del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artísticos (PECDA), que otorga la Secretaría de Cultura de Puebla, así como desarrollar una investigación de tesis en el posgrado de artes visuales de la UNAM.

María José Benítez. Foto: Josué Cantorán

María José partió de dos preguntas esenciales sobre su propia identidad, según contó a LUMBRERAS durante una breve charla: “¿cómo puedo comprobar que soy yo y cómo puedo comprobar que estoy viva?”.

Estas cuestiones la llevaron, primero, a desarrollar una acción performática en la que ubicó a una mujer que lleva sus mismos nombres y apellidos, a quien investigó por medio de cuestionarios y, en un esfuerzo por encontrar las similitudes y diferencias con su homónima, ambas acudieron a tomarse radiografías y compararlas.

“Hice distintos ejercicios para contestar eso”, explica María José Benítez. “Llegó un momento en el que pensé que ya no era tan necesario comprobar que soy distinta a otras personas, sino que puedo ser la misma”.

La pieza fue activada mediante la interacción del público. Foto: Josué Cantorán

Luego, explicó la artista, con la pregunta en mente de cómo se puede comprobar si una persona es la misma todo el tiempo, surgió la idea de hacer una peluca de cabello colectivo. Si alguien la usara para cometer un delito, pensó entonces, el culpable en la escena del crimen sería múltiple.

En el proceso de colaboración de esta pieza que cruza los límites del videoarte, el performance y el bioarte, participó María Teresa Pedraza, directora del instituto de belleza Tepsa, quien domina la técnica de tejido de cabello para pelucas. Sin embargo, además de una peluca, la pieza de María José Benítez permite expandirse, generar un espacio en el entorno para que los espectadores la habiten, activen e incluso jueguen con ella.

“(La pieza) tiene un aspecto espacial que hace que el cuerpo se expanda”, explica María José, “se hace una materia viviente cada vez más grande y, acompañada de otras personas, no solo se queda en el objeto, sino que puede activarse con las personas que lo mueven, entran a él, si a alguien se le ocurre puede trenzarlo. Nunca se cierra”.

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