Arranca ‘Hilos de plata’, un unipersonal minimalista

Con una breve temporada en el foro Puro Drama (2 Poniente 2908, Amor), el artista escénico Yonatan Ramírez arrancó en abril su nuevo proyecto teatral: la obra Hilos de plata, un unipersonal de estilo minimalista que lo mismo utiliza herramientas de la danza y hasta de los trends de Tiktok para contar una historia tan divertida como conmovedora sobre el fracaso.

Para este proyecto, basado en un texto de la dramaturga Aída Andrade, Yonatan tomó las riendas de prácticamente todos los aspectos del montaje: desde la adaptación del texto, la dirección de escena, la producción y la actuación, todo con la finalidad de volver a la escena tras una temporada dedicado solo al trabajo tras bambalinas.

“Fue un proceso un poco extenuante”, cuenta Yonatan Ramírez en entrevista con LUMBRERAS, “un poco cansado, porque es la primera vez que yo me dirijo a mí solo en un proyecto, y aparte me iba a cargar con toda esta cuestión de la producción. Traté de separar mis tiempos, independientemente de mi chamba bilateral, y traté de que cada semana se fuera avanzando un poco en todo”.

Hilos de plata cuenta la historia de un individuo que parece que ha perdido todo y se lanza a una huida constante de lugar en lugar en la que solo le queda aferrarse a su naturaleza más primigenia y a su instinto de supervivencia.

Yonatan relata que llegó al texto de Aída Andrade por recomendación de su colega, el actor José Luis Cruz Bueno, a quien dirige en el también unipersonal Vagabundo. Mientras cursaba un taller en Cuernavaca con Julia Varley, cofundadora del Odin Teatret junto a Eugenio Barba, Yonatan decidió utilizar fragmentos de este texto para los ejercicios que le asignaban.

En el siguiente enlace puedes leer la nota de LUMBRERAS sobre el unipersonal ‘Vagabundo’: “Estrenan ‘Vagabundo’, unipersonal sobre la soledad“.

“Fue este momento en el que conecté mucho con el texto”, relata Yonatan al teléfono, “sobre todo porque, para mí, tomar este taller con Julia Varley fue una de las cosas que más me han encantado dentro de todo lo que he hecho en el teatro durante ya más de quince años trabajando, y fue en ese momento que decidí que sí”.

Al mismo tiempo, Yonatan decidió hacer una pausa en su interés por el llamado teatro posdramático y los textos de Angélica Liddell para aventurarse en una puesta más digerible con la que pudiera conectar de manera más directa con el público local.

“Yo tenía también interés de hacer algo un poco más dinámico”, admite el artista formado en la licenciatura en arte dramático de la BUAP. “Por lo general, hago textos un poco más intelectuales y profundos, y tenía ganas de ponerme en escena pero ahora para hacer un poco más entretenido”.

Yonatan Ramírez se dirige a sí mismo en ‘Hilos de plata’. Foto: Josué Cantorán

Tan pronto estuvo de vuelta en Puebla, Yonatan comenzó el proceso de montaje y solicitó los permisos para adaptar el texto original y darle su sello personal.

Comencé con la cuestión de la dramaturgia”, relata el actor y director, “porque, como lo menciona el cartel, es una versión libre de la obra original de Aída. No quisiera hacer la obra tal cual, pues sí llegué a ver cosas del texto que yo sentía que tal vez podía modificar para adaptarse al contexto en el cual estoy habitando en este momento y también para darle un nuevo giro a la obra”.

Yonatan continuó con el proceso de producción, para el que decidió crear una propuesta sencilla que consiste en una escenografía colgante de la cual se sostienen las luces y limitados elementos de utilería que consisten en una mochila-banquillo. Para el actor, esto permite que sea el trabajo actoral lo que sobresalga de entre todos los elementos que confluyen en escena.

“Fui reduciendo elementos”, dice al respecto, “hasta que fueran muy pocas las cosas que se utilizaran y que también fuera más el trabajo del actor lo que se notara en escena. Al final de cuentas, también esa fue la idea de montar Hilos de plata: ponerme en escena, porque yo quiero actuar, quiero que la gente vea el trabajo que he creado, y sobre todo a nivel de técnica”.

En cuanto a la puesta en escena y el trabajo de dirección actoral, Yonatan montó cuidadosamente cuadro por cuadro, estudió el tono de cada segmentó e incluyó elementos de danza, disciplina de la que constantemente echa mano para su trabajo, y hasta referencias a la cultura digital y las nuevas modas del Tiktok.

Las posibilidades del unipersonal

Aunque Hilos de plata tuvo una breve temporada de solo dos funciones en abril de este año, la obra permanecerá en el repertorio del actor y la presentará en diversos foros, aún por definir, en lo que resta del año. Esto es posible gracias no solo al estilo minimalista del montaje, sino a la facilidad que tienen los espectáculos unipersonales para montarse en uno u otro lugar.

“El formato de teatro unipersonal o monólogo”, explica Yonatan Ramírez en entrevista, “primero que nada, creo que está muy de moda. Siento que es un tipo de teatro que está funcionando bastante en México, yo creo que por la facilidad, pues muchas veces es complejo trabajar en un equipo grande, porque debes coordinarte en tiempos, con ensayos, etcétera”.

Aunado a esto, Yonatan es partidario de un estilo teatral sobrio, en el que haya pocos elementos que puedan opacar el trabajo actoral o la historia misma, para que sea la voz y el cuerpo del actor lo que sobresalga ante todo.

La puesta en escena es de corte minimalista. Foto: Josué Cantorán

“Yo soy muy, vamos a llamarlo, minimalista”, explica el actor y director. “No me gusta ser tan barroco en el escenario. Creo que luego termina siendo muy rebuscado el tener muchos elementos, muchas cosas. Siempre he creído que menos es más (…) y que si hay algo, un objeto, un atrezzo específico para trabajar, una utilería, pues que sí tenga una potencia poética para decir algo”.

Los hilos de plata

Un personaje que viaja en avión y luego por tierra intenta huir de algo indefinido, de su pasado; parece que está esperando que ocurra algo, lo que sea. Mientras cuenta sus recuerdos de infancia y sus diversas vicisitudes, el protagonista de Hilos de plata abre la reflexión a un concepto con el que cualquiera puede identificarse: el fracaso.

“Cuando leí Hilos de plata”, cuenta Yonatan Ramírez a esta revista digital, “pues me gustó, se me hizo una obra divertida, entretenida, pero, conforme la iba leyendo, cada vez más encontraba la profundidad del discurso, que yo puedo reducir en la palabra ‘fracaso’”.

Para Yonatan, esta sería una de las mayores virtudes de la obra, pues justo ahora, tras lo que se vivió durante la contingencia ocasionada por la pandemia de covid-19, en la que los planes y proyectos de casi todo el mundo se vinieron abajo, todos podrían llevarse un impacto emocional con Hilos de plata.

“Hemos pasado tiempos muy difíciles estos últimos años”, reflexiona el actor: “el encierro, la pandemia y ver cómo proyectos empezaban a caer cual castillo de naipes. Y la gente también empezó a caer como en una depresión y un bajón de autoestima tan fuerte que creo que jamás lo habíamos atravesado como sociedad ni como humanidad”.

Hilos de plata, por ende, puede ayudar a enviar un mensaje de tranquilidad y sosiego ante los tiempos complejos.

“Para mí”, añade Yonatan Ramírez, “es lindo buscar este tipo de mensajes, que siento que son universales y en el que toda la gente se puede identificar. Es hacia donde yo, por lo general, voy con mi trabajo teatral. Me parece que Hilos de plata fomenta mucho eso, la idea de hacerle entender a la gente que no es el fin del mundo y que siempre podemos salir adelante, independientemente de nuestra situación y nuestras circunstancias de vida”.

Por el momento, Hilos de plata no tiene funciones programadas. Para estar al tanto de próximos anuncios, puedes seguir las redes sociales de Yonatan Ramírez.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *