Artista utiliza la silla como objeto de reflexión sobre lo social

¿Cómo se podría representar a una persona de la manera más abstracta posible, eliminando sus rasgos humanos pero manteniendo algunas de sus características sociales, como su clase y el rol que desempeña dentro de su grupo?

Esta era una de las preguntas que la artista plástica Luisa Montiel se hacía desde inicios de 2020, cuando una situación de violencia criminal afectó a un miembro de su familia, y después, cuando la pandemia de covid-19 la hizo reflexionar sobre las marcadas diferencias sociales que permitían a algunas personas permanecer en resguardo doméstico mientras otras eran obligadas a salir de casa a continuar ganándose la vida.

“La silla es un objeto que está hecho para que lo ocupe una persona”, explica Luisa Montiel en entrevista con LUMBRERAS, “y entonces quise explorar qué tipo de sillas tenemos, en dónde se encuentran, qué tipo de sillas he usado yo y qué representan, desde la de la escuela a la que fui, qué silla utilizo en casa, qué rol ocupo en el trabajo y por ello qué silla me toca, quién está junto a mí y qué lugar ocupa, qué silla le corresponde, ¿puedo yo aspirar a ese lugar?”.

Luisa Montiel se inició en el grabado. Foto: Josué Cantorán

Al investigar sobre los distintos tipos de sillas que existen en el mundo, desde las más sencillas hasta las más extravagantes, Luisa Montiel reflexionaba a la par sobre las dinámicas históricas y sociales que permiten a algunas personas acceder a ciertos privilegios, mientras a otras les son relegados ciertos espacios sociales y también estigmas específicos.

“Si tenemos opciones o no, si tenemos ventajas y desventajas”, continúa la artista visual, “hay que conocerlas y reconocer el punto en el que estás. Esto implica reconocer el punto histórico: ¿qué hicieron tus padres para que tú estés donde estás? ¿Qué hicieron tus abuelos? Somos un conjunto de historias que nos llevan al punto donde estamos”.

Este trabajo de conceptualización derivó en la producción de una serie de representaciones de sillas diversas, desde aquellas plegables con logos de compañías cerveceras hasta costosas sillas de diseñador, en técnicas como el grabado, la escultura y la cerámica.

La artista se preguntó qué dice una silla de aquél que la ocupa. Foto: Josué Cantorán

El resultado de esta exploración se encuentra ahora en la exposición individual “Asientos ocupados”, disponible hasta principios de octubre en una de las salas temporales del Museo Taller Erasto Cortés (7 Oriente 4, Centro), donde la propia Luisa se formó como grabadora.

Para Luisa Montiel, el objeto silla, al revelar jerarquías y posiciones sociales, es un pretexto para hablar sobre las dinámicas que existen en la sociedad, qué clase de interacciones se dan en un contexto específico y qué permite que unas personas ocupen un lugar —una silla— especial mientras a otras les es negado el mismo espacio.

“Después de ver dónde se ubica cada quién”, dice la artista, “se puede reconocer el rol que juega en sus círculos y como individuo. Empiezo entonces a preguntarme sobre las interacciones sociales, cómo interactuamos en los grupos: ¿somos ordenados, desordenados?, ¿nos mimetizamos con nuestro grupo?, ¿por qué empezamos a adoptar el espacio y personalidades de ese grupo?, ¿tenemos los mismos valores, las mismas aspiraciones, los mismos objetivos?”.

Luisa Montiel se trasladó del grabado a la cerámica. Foto: Josué Cantorán

Aunque Luisa utiliza técnicas diversas para representar sillas de distinto tipo, la técnica que domina con mayor confianza es el grabado, en la que comenzó a formarse desde hace ocho años. En su trabajo dentro de un despacho de diseño, cuenta, donde ha conocido nuevas técnicas e instrumentos, siempre busca el modo de aplicar sus nuevos descubrimiento para producir su propia obra.

“Siento que todo sale del grabado”, dice al respecto a este medio digital. “Para mí, mi origen es él. De ahí, trato de trasladar el grabado a nuevas técnicas y experimentar en ellas, no negarme a tener nuevas texturas, nuevos volúmenes, nuevas cosas. Empecé a hacer grabado en el Mutec hace ocho años, y de ahí empecé a trabajar en un estudio de diseño. Ahí tenemos máquinas de corte cnc y todo lo que aprendo, dentro y fuera del trabajo, lo pienso en función de la obra que quiero hacer”.

“Asientos ocupados”, que contó con el trabajo curatorial de Nicolás Martín “Mr. Poper”, es la primera exposición individual de la joven Luisa Montiel. Estará disponible en el Mutec hasta el 2 de octubre de 2022.

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