Para el artista plástico Etni Ezbai, el cuerpo humano es un objeto de estudio que le permite reconocer y aprehender su experiencia de vida y la de los otros. En la exposición “Cuerpos sugerentes”, que puede visitarse en la galería Casa Verde (3 Sur 2107, El Carmen) hasta el 16 de marzo, unos veinte cuadros, colocados entre varias decenas de dibujos y bocetos con representaciones diversas de cuerpos humanos, dan cuenta de sus procesos artísticos e intelectuales.
“Para mí el arte siempre ha sido un motivo de estudio”, dice Etni Ezbai en entrevista con LUMBRERAS, “una herramienta creativa para poder entenderme a mí y al ser humano. Me interesa conocer al ser humano desde su anatomía, sus partes fisiológicas y su pensamiento elevado, y a partir del arte puedo cuestionarme y responderme”.
El interés de Etni por el cuerpo y su estudio desde lo anatómico lleva ya unos nueve años, por lo que su búsqueda de nuevos lenguajes para abordarlo lo ha llevado a explorar formatos nuevos para él, como el video, la escultura y el arte de concepto.
“La pintura en algún momento está limitada”, dice, “como todo lo que tenemos a nivel de materia, entonces vamos a entrar en nuevos lenguajes, exploraciones que me permitan desarrollar respuestas en función a mis procesos de vida. El tema de la experiencia y la exploración a nivel relacional y sexual me ha movido a desarrollar todo este cuerpo de obra”.
Para Etni, el arte no se resume en los cuadros, las esculturas o las obras de arte conceptual expuestas en museos y galerías. Los procesos de estudio, de bocetaje, de ensayo y error, son parte esencial de la creación artística, sino el arte mismo, de ahí que en la exposición “Cuerpos sugerentes” se muestren decenas de dibujos y bocetos que permiten al espectador reconstruir a partir de inferencias el proceso plástico del artista, que implica trabajo, esfuerzo y disciplina.
“El arte es el proceso”, explica el artista al respecto, “entonces, las pinturas o esculturas son objetos producto del arte, por eso decimos que son ‘una obra de arte’. Si pensamos que al artista solo se le ocurre algo y lo plasma, estamos ante la idea de un grupo que trabaja por ocurrencias y que las vierten a través de su lenguaje. (…) En esta exposición era importante decir que el artista no improvisa, trabaja, es disciplinado, se esfuerza, estudia, no solo es el bohemio, la imagen romantizada”.
Hacia 2015, cuando el gobierno morenovallista en Puebla causaba múltiples reacciones de oposición política y social debido a su autoritarismo, la obra pictórica de carácter político y social de Etni Ezbai comenzó a darse a conocer. Sus cuadros, que criticaban la falta de saneamiento de los ríos, la construcción de obras faraónicas envueltas de opacidad y otros temas coyunturales, comenzaron a circular.
Algunas de estas piezas están presentes también en la exposición “Cuerpos sugerentes”, lo que permite que el espectador conozca los distintos intereses y motivaciones que han construido la obra de Etni a través de los años: desde la que imprime sus preocupaciones políticas de manera frontal hasta la que realiza un estudio minucioso del cuerpo humano desde lo anatómico.
“Al ser seres humanos y artistas, no sólo somos productores”, ahonda el artista en entrevista, “estamos condicionados o supeditados a nuestros propios cambios. El interés va en función de las experiencias que llegan a la vida del artista. En años pasados, he tenido experiencias diversas a nivel relacional, erótico y afectivo. La misma obra habla del artista, pocos son los autores que hablan de su vida en su obra, pero, cuando nos enfrentamos a ellos, el público pareciera estar entrando a su intimidad”.
Para ahondar en esto, Etni recurre a los conceptos clásicos de ars y natura, lo creado por los humanos y por la naturaleza, respectivamente. En el primero, hay varios niveles: la fabricación, la construcción, la producción y la creación, siendo esta última la más pura. Si un artista se repite constantemente, dice, termina convertido en un productor, lo que lo limita, de ahí la importancia de hacer evolucionar la obra a la par de los procesos vitales del artista.
“Hace muchos años”, concluye, “yo creía que el talento era suficiente, que sólo por tener habilidad ya la ibas a armar. Eso es mentira. La disciplina y la constancia libertan tu talento, no lo amarran”.