En 1971, la fotógrafa Claudia Andujar, nacida en Suiza pero criada en la actual Rumania, viajó por primera vez a la región amazónica de Brasil, donde conoció a la comunidad yanomami, un pueblo indígena con poco contacto con el mundo occidental del que quedó deslumbrada.
Desde entonces, la artista inició una estrecha relación con esta población, entre la que vivió por largo tiempo entre 1971 y 1977, y a la que retrató con su cámara durante estos años. El resultado de este amplio trabajo puede verse en la exposición “Claudia Andujar y la lucha Yanomami”, que ha viajado por varias ciudades de Europa y Estados Unidos y llega por fin a Puebla con el auspicio del Museo Amparo (2 Sur 708, Centro), donde permanecerá hasta el 4 de marzo de 2024.
La muestra, curada por Thyago Nogueira, del Instituto Moreira Salles, contiene un vasto cuerpo de obra conformado principalmente por fotografías de Claudia Andujar, pero, para reconocer la relación de cooperación y resistencia que la artista entabló con los yanomami, se muestran también otras piezas, como videos y dibujos creados por personas yanomami en los se plasman sus creencias religiosas.
“Desde el principio”, explica el curador Thyago Nogueira en entrevista con LUMBRERAS, “(Andujar) llegó con los yanomami intentando contar su historia y hacer una narrativa fotográfica, pero poco a poco comprendió la complejidad de la sociedad y empezó a desarrollar y a utilizar el lenguaje fotográfico de una manera muy poderosa y muy libre para intentar representar esta complejidad”.
Los yanomami, uno de los grupos indígenas más numerosos de la Amazonía, mantienen complejas creencias religiosas ancladas en el chamanismo. Esta cosmovisión fue uno de los aspectos de la cultura yanomami que cautivaron a Claudia Andujar, así que, en tiempos en que la fotografía digital aún no figuraba en el panorama artístico, la fotógrafa tuvo que idear técnicas que le permitieran reflejar el aspecto etéreo, chamánico y espiritual de la comunidad que retrataba.
“(Claudia Andujar) utilizó la película infrarroja”, cuenta Thyago Nogueira a esta revista digital, “para construir esta dimensión onírica, más espiritual, trascendente, de la floresta y de la experiencia en la Amazonía. Utilizó la múltiple exposición, por ejemplo, para dar también estas otras visiones. Creo que poco a poco se fue distanciando de una representación documental o neutra de esta realidad, y sí se implicó en esto e intentó hacer traducciones de la cosmovisión, pero también desarrolló técnicas y estos lenguajes y ejercicios para intentar traducir al máximo lo que vio ahí”.
El uso de filtros, de lámparas de luz infrarroja y de técnicas de sobreexposición de distintas fotografías, o incluso el volver a fotografiar fotos ya existentes pero con filtros de colores, fueron algunas de las ideas que Andujar concibió para hacer de sus imágenes más que meras tomas documentales.
“Para cada ceremonia”, ahonda Nogueira, “(Claudia Andujar) empezó a intentar cosas distintas. Entonces, en un caso, cuando quería dar una idea de repetición o de multiplicación, se utilizó la múltiple exposición para sobreponer planos y situaciones de personas. Cuando quería presentar los ritmos y el movimiento, utilizó mucho la larga exposición, como plasma el registro borrado, de los cuerpos y del movimiento”.
Davi Kopenawa, el principal chamán de los yanomami y uno de los líderes indígenas más reconocidos de América, introdujo a Andujar en la cosmovisión de su pueblo. Le dijo, por ejemplo, que en su sistema de creencias los espíritus de los ancestros vuelven al mundo terrenal anclados de las telarañas, una idea que la fotógrafa buscó llevar a la imagen de algún modo.
“Por ejemplo”, explica al respecto el curador de la exposición durante una entrevista, “también llevó lamparinhas flex, luces y puntos de luces, que utilizaba, al moverlos con larga exposición, para hacer estos rasgos de luces en los cielos, en los techos de las casas colectivas, y creo que también una referencia a la manera como (los yanomami) describían a los espíritus, que brillaban y que circulaban por estas telarañas”.
Todo este trabajo artístico, realizado desde la fotografía análoga, puede verse, con un meticuloso montaje museográfico que da cuenta de un vastísmo cuerpo de obra, en la exposición “Claudia Andujar y la lucha Yanomami”.
“Yo creo que es muy interesante”, añade Nogueira en entrevista, “cómo intentó utilizar al máximo cosas muy elementales de la fotografía y del lenguaje fotográfico para traducir lo invisible, lo que uno no veía a menos que fuera chamán. Intentó hacer una materialización de la experiencia chamánica a través de la fotografía, y construir esta gramática que le podría dar una traducción, una interpretación, desde su punto de vista”.
Además, el curador Thyago Nogueira recordó que, en su tiempo, el trabajo fotográfico de Claudia Andujar resultó incomprendido, pues no se ajustaba a la fotografía documental o etnográfica. Los círculos artísticos de su época, añadió, no alcanzaban a comprender su profundo involucramiento con los yanomami.
“Sobre lo que hacía en los setenta”, añadió Nogueira en entrevista con esta revista digital, “Andujar fue muy discriminada por los antropólogos y por los fotoperiodistas, porque hacía una fotografía muy personal y muy subjetiva, muy involucrada en lo que estaba viviendo ahí, y eso era muy único. Creo que continúa siendo muy único en la historia de la fotografía la manera en que una persona no indígena interpretó y tradujo su percepción y sus sentimientos”.
Si bien el trabajo central de Claudia Andujar data de hace casi cincuenta años, este sigue siendo de interés contemporáneo, advierte el curador de la muestra, no solo por la utilización de técnicas diversas que ampliaron los límites de la fotografía análoga, sino porque esta artista concibió a la comunidad yanomami no solo como una población a retratar, sino que buscó comprender a fondo su cosmovisión para llevarla a la imagen.
“Creo que la manera en que intentó hacer con el arte”, opina al respecto el curador, “la posibilidad de expandir nuestra percepción del mundo, nuestra visibilidad, lo que podemos experimentar y conocer a través del arte, ampliar lo que es posible representar a través de la fotografía, es muy contemporáneo: es una contribución política que sigue siendo muy contemporánea, y también la manera como éticamente utilizó el arte para garantizar la visibilidad y la defensa de pueblos indígenas y originarios, y minorías amenazadas, también es una cuestión muy contemporánea”.
La expo
La exposición “Claudia Andujar y la lucha Yanomami” fue orquestada por el Museo Amparo en coordinación con el Instituto Moreira Salles, el Museo Universitario de Arte Contemporáneo de la UNAM, la Hutukara Associaçao Yanomami y el Instituto Socioambiental de Brasil.
Se trata de la primera retrospectiva en América Latina que busca mostrar la colaboración entre Claudia Andujar, el chamán Davi Kopenawa y el pueblo yanomami. Por ello, la muestra contiene obras de diversas técnicas y materiales que tienen como hilo conductor el trabajo fotográfico de Andujar pero no se limitan a él.
La muestra contiene también videos y trabajo artístico de personas yanomami y externas a la comunidad, como Davi Kopenawa, Aida Harika, Poraco Hiko, Morzaniel Iramari, Joseca Mokahesi, Orlando Naki Uxima, André Taniki, Edmar Tokorino, Vital Warasi, Ehuana Yaira, Roseane Yariana, Mariana Lacerda y el estudio Forensic Architecture.
Para organizar el guion curatorial, también se tomaron en cuenta las enseñanzas de Davi Kopenawa plasmadas en el libro La chute du ciel: paroles d’un chaman yanomami (2013), en el que el líder chamánico cuenta parte de su vida y de la cosmovisión de su pueblo, como su supervivencia a la epidemia de sarampión ocasionada entre los yanomami por un grupo de misioneros estadounidenses en 1967, así como la resistencia de su pueblo ante la dictadura militar de Brasil de los años setenta, en los que se intensificó la explotación de la Amazonía.
Las fotografías de la exposición proceden del archivo de Claudia Andujar y algunas de ellas no habían sido impresas hasta la realización de este proyecto, que inició en 2018 y ha viajado por varias ciudades de América y Europa. La mayoría de los dibujos, que representan las ideas religosas de los yanomami, son autoría de Kopenawa y provienen del libro citado anteriormente.
La exposición “Claudia Andujar y la lucha Yanomami” podrá verse en el Museo Amparo (2 Sur 708, Centro) hasta el 4 de marzo de 2024. Para conocer las actividades alternas que se realizarán en el marco de esta muestra, puedes seguir las redes sociales del Museo Amparo.