Hacer una crítica a la manera en que los narcotraficantes mexicanos son representados en las series y películas nacionales e internacionales fue el punto de partida para la creación de Fauna, el nuevo largometraje del cineasta mexicocanadiense Nicolás Pereda, que se estrenó en salas comerciales del país el pasado 23 de junio.
Descrita por el director como una comedia de enredos, ligera aunque compleja en su armado argumental, Fauna se centra en dos hermanos, Luisa y Gabino, radicado en la Ciudad de México que visitan a sus padres en un remoto pueblo en el norte del país.
La familia queda fascinada con Paco, el novio de Luisa, porque es un famoso actor que aparece en una conocida serie sobre el submundo del narcotráfico. Más adelante, la historia de bifurca y aparecen diversas líneas narrativas, algunas de ellas en tonos surrealistas.
“Quizá no es tanto para mí una crítica hacia la glorificación de la violencia, ese es otro problema”, explica Nicolás Pereda en entrevista con LUMBRERAS. “Para mí, en específico, el problema era más bien el hecho de que los narcos sean vistos únicamente como esas personas que nos vienen a la mente cuando pensamos en series de narcos, que son esta gente con botas y pistola y sombrero”.
El realizador refirió que el crimen organizado está infiltrado en distintos sectores de la sociedad, incluyendo a las instituciones que tienen la misión de salvaguardar a la población, lo que debería problematizar su representación en la ficción audiovisual.
“En México”, añadió al respecto, “los narcotraficantes son policías, militares, gobernadores, gente de industrias, políticos, gente de la sociedad civil y también esos sombrerudos con botas, pero esos son solo un pequeño eslabón más dentro de un universo mucho más amplio”.
El creativo expresó que limitar la representación visual del narco a estos estereotipos puede resultar peligroso para la ciudadanía, porque se trata de una problemática mucho más amplia y profunda. Personificar a los integrantes del crimen organizado solo desde un simple estereotipo, consideró el cineasta, propicia polarización y una visión simplista de ellos, lo que resulta conveniente para ciertas autoridades, que así justifican su falta de acciones respecto al combate contra el crimen organizado.
“Esa representación del narco de esa manera, como únicamente esas personas”, abundó Pereda, “es un poco peligrosa para la sociedad, porque hace que la dividamos en tres: los narcos están por allá, la sociedad civil acá y el Estado por acá. En cambio, yo creo que el narco permea todo, no es que esté alejado. Y aparte es un discurso que le viene muy bien al Estado porque puede decir que no puede con el narco, y lo peor que puedes decir del Estado es que es incompetente”.
Para realizar Fauna, Pereda también se apoyó en la trayectoria de un amigo suyo, el actor Francisco Barreiro, quien ha participado en seriados sobre el narcotráfico en México. Ello le resultó oportuno para armar la crítica que dio origen a su guion y provee a la cinta de un interesante elemento metaficcional.
“Él entró a este proyecto”, contó Pereda, “y también le interesaba discutir estos temas. En la película, él actúa como actor de Narcos y es algo que él sí hace en la vida real, entonces, había una relación interesante entre su vida real y cómo está representado en la película”.
Para seguir con las referencias a productos audiovisuales sobre el narco en México, Pereda utilizó como locación una cantina ubicada en Matehuala, San Luis Potosí, que también fue utilizada en El infierno (2010), de Luis Estrada. Esa cinta, a decir de Pereda, sentó las bases de cómo se retrata a los narcotraficantes en la industria audiovisual contemporánea, pues fue la primera cinta con esta temática que trascendió de los llamados videohomes al cine comercial.
“Siento que El infierno es la primera película del narco que llegó a la cartelera comercial con todo”, opinó el realizador. “Antes había pequeñas películas que no tenían tanto impacto, y de alguna manera esa película sentó las bases de cómo se veían las películas del narco y qué era un narcotraficante”.
Historias dentro de Fauna
Aunque Fauna inicia con una historia en apariencia cronológica y estructurada de manera tradicional, a lo largo de su metraje se van intercalando otras historias, interpretadas por los mismos actores, que complejizan los niveles de ficción que presenta la película aprovechando que algunos de los personajes de la historia inicial son actores. Una de estas microhistorias está inspirada en la novela homónima del escritor uruguayo Mario Levrero, que cuenta la historia de un hombre que va a un pueblo en busca de una persona desaparecida pero termina encontrando a una mujer llamada Fauna.
“Tomé esa pequeña línea argumental”, explicó el director en entrevista. “En mi película hay distintas pequeñas historias, y una de las más importantes viene de este libro. Me gustaba el título y cómo funcionaba dentro de la película”.
Pereda añadió que Fauna retoma algunas de sus principales preocupaciones como cineasta, tales como las distintas representaciones de la realidad. En ese sentido, reveló que sus secuencias favoritas en la película son aquellas donde los límites entre un nivel narrativo y otro se desdibujan, como aquella en la que los personajes interpretados por Teresa Sánchez y Luisa Pardo ensayan para una audición, u otra donde Francisco Barreiro imita al personaje estelar de la serie Narcos: México.
“Creo que son escenas bastante clave para la película”, sostuvo, “en las que estoy explorando las cosas que más me interesan sobre la representación y los distintos niveles de interpretación”.
El ganador del premio Orizzonti del Festival de Cine de Venecia gracias a su filme Verano de Goliat (2010) indicó que Fauna es una cinta de armado narrativo complejo pero que puede apelar a cualquier tipo de público gracias a su tono humorístico y a su comicidad, pues “está llena de chistes”.
“Al final de cuentas, mis intenciones dan igual”, acotó el realizador. “Yo tengo mi propia idea de lo que es la película, pero a mí lo que me interesa es que esta se complete con el espectador. Distintos espectadores van a tener distintas ideas de lo que está sucediendo allí porque Fauna es relativamente compleja en su armado”.
Los actores y el rodaje
Nicolás Pereda destacó en entrevista la complicidad que tuvo con su elenco durante la filmación, la cual duró apenas dos semanas. Esto se dio, continuó, gracias a que lleva aproximadamente diecisiete años trabajando con los mismos actores, en especial Gabino Rodríguez y Teresa Sánchez, que aparecen en casi todos sus largometrajes, así como Luisa Pardo y Francisco Barreiro.
Sobre la relación creativa que guarda con su elenco, el cineasta añadió que casi todos los actores principales de Fauna se dedican también a la dirección teatral, lo que propicia que propongan diversas sugerencias o recomendaciones para enriquecer la puesta en escena.
“Debió ser interesante para ellos jugar tanto en la actuación”, reveló Nicolás Pereda, “porque hay muchos momentos en los que son más o menos ellos mismos, por lo menos como se presentan, digamos. Hablan como ellos hablan, se mueven como ellos se mueven, se ríen como ellos se ríen afuera de la pantalla, pero tienen la oportunidad también de subir el tono, ponerse pelucas. Hay escenas más dramáticas y otras más graciosas. Ese ir y venir les da mucho rango”.
Por otro lado, Pereda detalló que los presupuestos bajos que utiliza para sus producciones obedecen a su interés por filmar rápida y constantemente, algo que no lograría si tuviera que esperar el financiamiento o los fondos oficiales usualmente destinados a las grandes producciones.
Por ello, su equipo es reducido, de apenas cinco o seis personas, y se busca que el rodaje ocurra en tiempos cortos y locaciones cercanas entre sí, lo que disminuye gastos de logística.
“A mí me interesa filmar mucho”, confió en entrevista, “y la única manera de escribir un guion y filmar poco tiempo después es no entrar al universo de los fondos de cine grandes. Yo filmo con fondos de artista que existen en distintos lugares del mundo y que son fondos mucho más pequeños, de mucho menos dinero”.
El circuito de exhibición comercial de Fauna abarca catorce ciudades del país y alrededor de treinta copias. Para conocer las salas mexicanas donde esta cinta puede verse, consulta las redes sociales de su casa distribuidora, Interior XIII.