‘Re-cuento al vuelo’, nueve relatos breves de Amelia Domínguez

En Re-cuento al vuelo, una colección de cuentos breves editada en 2021 por la Secretaría de Cultura de Puebla, en formato plaquette, Amelia Domínguez comparte nueve cuentos breves que hablan sobre la vida, la muerte, la depresión, las relaciones humanas y la infancia, y que desvelan la búsqueda narrativa de su autora en diversos temas y técnicas.

Estos cuentos, según explicó Amelia Domínguez en entrevista con LUMBRERAS, corresponden a varios años de escritura, de ahí su título, Re-cuento al vuelo. Su selección para conformar un solo libro se debió a una invitación que se le hizo desde la jefatura de literatura y diseño editorial de la Secretaría de Cultura de Puebla para formar parte de la colección Puertas Abiertas.

Después de una selección personal de la autora sobre su material, y una más que realizó la editora Princesa Hernández, resultaron elegidos nueve cuentos breves que conforman la también breve compilación, que permite ver, desde lo breve, las distintas preocupaciones temáticas y narrativas de su autora.

Por citar un ejemplo, Amelia Domínguez experimenta, en sus cuentos, con la construcción de diversas voces narrativas. En “Domingo: las cenizas”, es un hombre quien habla; en “Afuera se escuchan risas” y “Trazos”, las voces narrativas son infantiles, y en otros relatos más aparecen los tradicionales narradores omniscientes.

“En la mayoría de mis cuentos las protagonistas son personajes femeninos”, cuenta la escritora en entrevista. “Aquí hay dos cuentos que tienen personajes masculinos. De momento pensé que ya era demasiado darle la voz a las mujeres, se la voy a dar a los hombres, porque todos tenemos algo qué contar y qué decir. Entonces, decidí reproducir cómo piensa un hombre. Creo que tanto para autores como autoras es difícil ponerse en los zapatos del otro género”.

En este relato, “Domingo: las cenizas”, un hombre que al parecer ha terminado recientemente una relación amorosa extraña a su amada, evoca sus gestos y olores, de momento piensa en la muerte, uno de los temas centrales de los relatos de Amelia Domínguez.

“Me gusta hablar del tema de diferente manera”, dice. “Casi siempre hay por ahí una muerte o un pensamiento sobre ella”.

Sobre el par de cuentos que se relatan desde la voz de un niño o una niña, destaca lo genuino de su inocencia, la naturalidad con la que se preguntan sobre Santaclós o Don Quijote.

“A los escritores”, dice Amelia al respecto, “se nos da de repente hablar de la infancia, y no es que sean cuentos autobiográficos, sino que hay por ahí alguna cuestión que nos evoca algún momento, algo que quizá vimos o que vemos en los niños de nuestro alrededor, y nos ubicamos en este personaje y construimos a partir de eso, de esa época sensible”.

Otro de los cuentos más llamativos de Re-cuento al vuelo es “Vuelo”, que sigue a una paloma en su trayecto para entregar un mensaje a un soldado. En un colofón al texto, se explica que este se inspiró en una nota de la agencia AFP que documentó el hallazgo, en Inglaterra, del esqueleto de un ave mensajera con el papel aún atado a su pata y “27 bloques de letras redactadas a mano”.

Amelia redactó una primera versión de este relato después de un rompimiento, con la intención de establecer paralelismos entre la paloma y lo humano, pero tiempo después, cuando leyó la referida noticia, decidió rescatar el texto de sus apuntes y darle punto final.

Por otro lado, “Otra vez el bosque” es una parodia del clásico cuento de la caperucita roja, ahora ubicado en la Ciudad de México años después del encuentro entre la niña y el lobo feroz, en el que se aprovecha para hablar sobre el despertar sexual en los adolescentes.

“Es como un juego”, explica su autora: “qué pasaría si Caperucita llegara a la Ciudad de México, qué pensaría, qué haría (…) Cada cuento tiene su historia, lo que nos inspira, lo que detona la escritura de ese texto”.

La plaquette de Amelia Domínguez. Foto: Josué Cantorán

Años de escritura

Aunque Re-cuento al vuelo es publicación más reciente, Amelia Domínguez ha construido una amplia trayectoria en la escritura que comprende tanto el periodismo cultural como la ficción literaria. Es autora de los libros de cuentos Después de tanto silencio (1989) y En la boca del incendio (1999), y de la novela La sangre también recuerda (2019).

También es coautora de al menos un par de libros más y sus relatos han aparecido en varias antologías, incluida la Antología de narradores de Puebla (2002), que está disponible para descarga gratuita en la página web homenaje a Roberto Martínez Garcilazo, su editor.

Como escritora, Amelia se formó en su juventud en los talleres del escritor ecuatoriano Miguel Donoso Pareja, en la lectura de sus autores favoritos —Rulfo, Garro, Castellanos y García Márquez—, y en los diarios, a los que dedicó largos años de trabajo a cambio de las armas de la disciplina y la constancia en la escritura.

“El periodismo me ayudó a soltar la pluma”, dice al respecto, “porque tienes que escribir todos los días tres o cuatro notas. Yo empecé escribiendo textos cortos, pero gracias al periodismo pude hacer textos más largos, fue lo que me ayudó bastante”.

Amelia recuerda con especial cariño su En la boca del incendio (1999), un libro en el que reunió relatos sobre el amor y las relaciones humanas en contextos rurales de México, espacios que fue ubicando durante sus viajes personales. Esta compilación tuvo dos ediciones por la BUAP y, aunque ya no está en circulación en librerías, puede adquirirse en versión digital a través de la plataforma Amazon.

“Quise hacer algo sobre cómo se dan esas relaciones en los pueblos”, dice la narradora, “en el ámbito rural, y esos son los cuentos que aparecen en ese libro. Algo que me caracteriza como persona, no como escritora, es que me encanta viajar, y trato de poner algo de mis viajes, lo que observo en mis viajes lo retomo en mi literatura. Este libro habla de diferentes lugares que he conocido”.

Un viaje de Amelia en tren, por ejemplo, inspiró el relato “El último tren”, donde una mujer es raptada por un hombre al desembarcar de un ferrocarril cerca de Veracruz. En “Huapango”, otro de los textos de ese volumen, se narra la historia de amor entre dos jóvenes con la música tradicional del norte de Hidalgo, de donde Amelia es originaria, como leitmotiv.

En “Ausencia”, finalmente, se narra la historia entre un hombre y una mujer que son comprometidos por sus padres, sin conocerse, pero que llegan a sentir que se quieren a través de la correspondencia que intercambian.

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