Con una metodología que mezcla la arqueología y la historia, la investigadora Guadalupe Prieto Sánchez recuperó la obra de mujeres poblanas y foráneas que incursionaron con su poesía en las revistas y antologías poblanas de principios del siglo pasado, y las reunió en su libro Arqueoantología de poemas de mujeres en Puebla: la Lira Poblana y primera mitad del siglo XX (2022), obra que forma parte de la colección “Canasta de Escritoras y Escritores Poblanos”, editada por el IMACP.
Hace unas semanas, este libro fue presentado en la Biblioteca Central de la BUAP con la participación de la historiadora Celina Peña Guzman; del director del Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla (IMACP), Fabián Valdivia Pérez, y de la autora de este tomo. Ahí, se realizó un repaso de las mujeres que, con sus creaciones poéticas, plasmaron la forma de vida femenina dentro de la cultura poblana de aquella época.
“(El libro) nos va presentando los rostros y le va dando voz a estos rostros a través de la poesía”, comentó la también periodista Celina Peña Guzmán en la presentación, “a través de lo que van publicando y de lo que van escribiendo, y también hace un análisis bastante interesante de cómo son vistas estas mujeres y de cómo se tienen que abrir paso en un mundo de hombres”.
Por lo general, las mujeres que se dedicaban a escribir pertenecían a familias de la clase acomodada y recibían una educación privada o particular dentro de sus hogares. No obstante, los espacios que se consideraban propios de los hombres aún les eran negados.
“Las mujeres no tienen un cuarto propio para escribir. Mientras los niños, desde pequeños, duermen solos, habitan sus habitaciones solos, las niñas pasan de dormir con las hermanas, con las tías, a dormir con el marido. Nunca hay un espacio de creación real”, apuntó Peña Guzman en referencia a los ensayos críticos de la escritora Virginia Wolf. “De ahí la importancia de este libro que investigó durante muchos años para recuperar a estas mujeres poco conocidas (…) Son estas mujeres que, de alguna manera, insisto, lo diría Virginia Wolf, no tienen un cuarto propio”.
La inclusión de mujeres poetas en las diferentes antologías de la época siempre fue muy reducida. Según las investigaciones de Prieto Sánchez, en las compilaciones nacionales la representación femenina fue de apenas el 9 por ciento, mientras que el porcentaje en la obra local fue del 5 por ciento, pese a existir un antecedente que ya en 1893 compilaba 95 escritoras de este género.
Algunos de los textos poéticos que están incluidos en este volumen son un poema dedicado a Matilde Montoya, la primera médica cirujana, que fue además incluido en La lira poblana: antología de mujeres poetas, publicada en 1893; además de piezas que evocan sitios de la ciudad como el barrio del Carmen, el Barrio del Artista o la Universidad Autónoma de Puebla, así como algunas otras relacionadas con ciencia y religión.
“Muchas veces”, explicó al respecto Guadalupe Prieto, “se decía que los poemas de mujeres solo se dedicaban al amor, o que escribían de su pareja, o que a las flores, que al pajarito. Pero no, en realidad eran mujeres que estaban ya escribiendo de una cantidad de cosas que estaban viviendo en ese momento y que estaban en su entorno”.
La primera parte del libro incluye una revisión bibliográfica enfocada en las escritoras que, no necesariamente originarias de Puebla, formaron parte de las antologías, compilaciones o trabajos similares que se suscitaron en la ciudad durante esos años, de tal forma que es común encontrar participación de poetas de diferentes zonas de la entidad, como Tehuacán y Teziutlán, de otras partes del país, como Veracruz y Guanajuato, e incluso de países extranjeros, como Italia.
La revista, un producto impreso poco valorado
La segunda parte de este libro recoge una ardua indagación hemerográfica sobre las publicaciones periódicas de la capital para identificar a las mujeres que participaron con sus letras en las diversas revistas. Este trabajo llevó a Prieto Sanchez más de una década y ya cuenta con un antecedente: el libro Antes de dar vuelta: la poesía que leían los poblanos en revistas de 1901 a 1922 (2010).
De hecho, sobre la valoración de este tipo de materiales editoriales, la también catedrática universitaria reflexiona lo siguiente en las páginas de su Arqueoantología: “En la época que abarca la investigación, las revistas, al igual que los periódicos, se reciclaban, se utilizaban para diversas cosas, porque no se valoraban como los libros; al no existir bolsas de plástico, los tenderos convertían sus páginas en “cucuruchos” para contener dulces, manteca, frijol, arroz y otros productos”.
Lo anterior es algo en lo que Valdivia Pérez coincidió en el evento de presentación: “Hoy se está privilegiando el espacio, se están vendiendo por kilo revistas de inicios del siglo XX en muchos lugares del mundo, que ya no caben, porque no se consideran valiosas (…) Lo que ha hecho la maestra Guadalupe Prieto no es una investigación nada fácil, por eso el título de Arqueoantología”.
Este título, según explicó la misma autora, fue utilizado para visibilizar “el patrimonio cultural, este patrimonio literario, para preservarlo, para conocerlo, para difundirlo y para dignificarlo”. En los 22 títulos de revistas que pudo rastrear, la mayor parte de ellos albergados en la biblioteca José María Lafragua, obtuvo hallazgos como el de la primera revista escrita y dirigida por mujeres: Alma juvenil, un impreso del Instituto Normal Metodista para señoritas, actual Instituto Normal México.
“Es uno de los libros más pedidos de la colección, el tema es que no hay nada igual”, expresó Fabián Valdivia, quien anticipó que se está trabajando en una edición digital que pronto estará disponible para poder ser consultada por los lectores interesados. “Me parece que es un libro que se tiene que difundir más. En unos meses se presentará la plataforma digital, donde, cuando quieran recomendarlo, se va a poder bajar de manera gratuita también”.
El libro Arqueoantología de poemas de mujeres en Puebla: la Lira Poblana y primera mitad del siglo XX puede solicitarse en las instalaciones del IMACP (Reforma 1519, San Sebastián).