En su más reciente exposición individual, “Yo ya no espero, vivo”, que puede visitarse de manera gratuita hasta el 4 de diciembre en la sala Juan Tinoco de la Casa de la Cultura de Puebla (5 Oriente 5, Centro), la artista multidisciplinaria Rosa Borrás rinde homenaje, mediante piezas de gráfica y bordado, a las mujeres que han sido importantes en su vida.
Entre ellas, explica la artista en entrevista con LUMBRERAS, se encuentran sus abuelas, su madre, su hija Mariana, su maestra Leticia Ocharán, las mujeres que lucharon por sus comunidades en distintos periodos históricos y la poeta Rosario Castellanos, de quien Rosa tomó el verso que da título a su exposición.
“’Yo ya no espero, vivo’”, dice la artista en entrevista, “es una exposición cuyo tema central son las mujeres que han sido importantes en mi vida. Habla también sobre la identidad, y lo que van a ver es una selección de obra desde 2010 a la fecha, y van a ver bordado, gráfica intervenida con bordado. Dentro del bordado mismo, es una diversidad de técnicas”.
Desde hace más de una década, Rosa Borrás ha utilizado al bordado como el medio principal para su práctica artística. En algunas de sus piezas, la arista borda sobre tela mensajes sobre su identidad o sobre sus perspectivas políticas; en otras, realiza autorretratos con técnicas de grabado sobre tela para después intervenir el lienzo con su aguja e hilo.
Al menos desde 2012, Rosa Borrás además ha bordado con hilo y aguja los nombres de personas víctimas de la guerra, de desaparición forzada, de feminicidio y de otros tipos de violencias, esto como parte del colectivo Bordando por la Paz Puebla y de otros proyectos de arte y activismo político que ha emprendido en solitario y en comunidad.
Como advierte su hija, Mariana Oliart, en el texto de sala de la exposición, “el arte de Rosa Borrás siempre ha estado relacionado con el activismo político. A través de sus piezas hace un comentario crítico a la realidad que la rodea, a lo que le parece injusto en el mundo y a lo que quiere arrojar luz”.
“Yo no puedo entender lo que hago”, explica la artista a esta revista digital, “sin tener un aspecto social o una vinculación con lo social y con lo político, con lo que está allá afuera. Incluso esta exposición, creo que tiene un componente activista y político en ese sentido, porque está esta pieza de ‘Las invisibles’, dedicada a las mujeres”.
Rosa Borrás hace referencia a una serie de bordados sobre tela que retratan a las mujeres que apoyaron con su trabajo al movimiento independentista en el siglo XIX. Pero incluso algunas piezas de corte más intimista, en las que recuerda su historia familiar, tienen su carga política, pues Rosa es descendiente de catalanes que llegaron a México durante la Guerra Civil.
“En realidad”, advierte la artista sobre estas piezas, “son imágenes que seguimos viendo hoy en día, de mujeres oprimidas, racializadas, y creo que no puedo desvincularme de la realidad, de alguna manera, ya sea la pieza que está dedicada a mis abuelos, tanto maternos como paternos, que salieron de España por cuestiones políticas también. Yo creo que desde ahí me viene esta noción de pensar en los derechos humanos, en la justicia, en cómo deben de ser las cosas, en alzar la voz”.
Para ello, las herramientas de Rosa Borrás son la gráfica y el bordado, pues, como recuerda, sus abuelas estuvieron también vinculadas al trabajo textil: la del lado materno era costurera, mientras que la de su lado paterno hacía encaje de bolillo.
Al formar parte de una familia que debió migrar, y al haber migrado ella misma por varias ciudades de México y Estados Unidos a lo largo de su vida, la identidad ha sido elemento fundamental en la búsqueda artística de Rosa.
“La cuestión identitaria siempre ha sido un tema en mi obra”, explica al respecto, “precisamente porque vengo de una familia exiliada. El trastierro conmueve, es un tema muy difícil, es algo que se arrastra por generaciones: entonces, es parte de mi identidad (…) De pronto me cuestiono quién soy y de dónde soy. Al final, la identidad creo que está hecha por muchos pedacitos de cosas, de experiencias, y por toda la gente que tenemos atrás”.
Otra de las series que conforman la exposición “Yo ya no espero, vivo” está compuesto de bordados inspirados en el poemario Los misterios gozosos, de la escritora mexicana Rosario Castellanos, una de las poetas predilectas de la artista. Rosa eligió once textos de este poemario y realizó bordados con algunos de sus versos. El título de la exposición es uno de ellos.
“Ese es uno de los que más me gustó”, dice Rosa Borrás, “y como que lo asumí, lo interioricé, me representa muy bien. Rosario ha sido una poeta muy importante para mí, con la cual me identifico, porque también hablaba de ser mujer en su época y sigue siendo muy actual”.
El sábado 2 de diciembre a las 11 horas, la exposición tendrá una activación que consistirá en una sesión de bordado colectivo de dos horas, en la que, además de bordar, se reflexionará a cerca de la violencia contra las mujeres en sus distintas variantes: física, económica, laboral, etcétera.
De acuerdo con un boletín de la Secretaría de Cultura estatal, la exposición “Yo ya no espero, vivo” forma parte del programa “Cultura por la igualdad”, realizado en torno al día de la eliminación de la violencia contra las mujeres, que se conmemora cada 25 de noviembre.
En este programa, según el comunicado, “se presentarán diferentes expresiones culturales y artísticas con la finalidad de sensibilizar y promover el trabajo diario realizado por mujeres en pro de la defensa de la igualdad de género”.
La exposición “Yo ya no espero, vivo” puede visitarse hasta el 4 de diciembre en la sala Juan Cordero de la Casa de la Cultura de Puebla (5 Oriente 5, Centro).