Un huracán devolvió la voz poética a Conrado Zepeda Pallares

La experiencia de atestiguar en carne propia el huracán María, que azotó a la isla de Puerto Rico en septiembre de 2017, devolvió la voz poética al escritor Conrado Zepeda Pallares, quien había dejado la escritura por largo tiempo. Así lo recuerda el propio poeta originario de Puebla en una reciente visita a esta ciudad, donde presentó su último libro, Trizas de viento seco (2022), publicado por Valparaíso Ediciones.

Conrado Zepeda Pallares, hoy especialista en estudios hispánicos y en la enseñanza del español como segunda lengua, nació y creció en Puebla, y tuvo siempre gran curiosidad filosófica y teológica, la cual más tarde se reflejaría en sus dos poemarios hasta hoy publicados: Mientras afuera llueve (2019) y Trizas de viento seco (2022).

El poeta estudió lingüística y literatura hispánica en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Durante sus últimos años de estudio, escribió el poema “Todos los ritmos”, un texto filosófico que, según recuerda, el propio Pedro Ángel Palou elogió como un poema que abarcaba muchas voces literarias. Sin embargo, Conrado no se asumió como tal hasta años más tarde.

Tras el huracán María, clasificado como de máxima categoría, Ediciones del Famboyán convocó a las personas que hubieran vivido el huracán a escribir sobre su experiencia en formato de poesía o prosa breve. El especialista en español participó y logró formar parte de la antología Pá la posteridá: antología sobre el paso del huracán María por Puerto Rico, la cual fue bien recibida, al igual que el poema de su autoría que fue incluido en ella. Entonces, la editora Lucía Orsanic propuso a Conrado un libro individual.

Conrado Zepeda volvió recientemente a Puebla para presentar su último libro. Foto: Helen Ávila

“Lucía me dijo”, recuerda el poeta en entrevista con LUMBRERAS: “Conrado, queremos publicarte un libro, seguramente debes tener un montón de cosas’. Yo solo tenía algunas cartas que le había escrito a mi pareja, Rafael, porque él se había adelantado a Washington”.

Mientras afuera llueve, el renacimiento

Para este libro, Conrado propuso repensar las cartas a su amado, a quien llama “Verdeluz”. El resultado fue el libro Mientras afuera llueve, publicado también por Ediciones del Flamboyán, donde no solo se escribe sobre el amor y la nostalgia de vivir fuera de la tierra natal, sino también sobre reflexiones filosóficas y críticas al sistema político de Puerto Rico y su relación con Estados Unidos.

Las cartas de intimidad entre los amantes contienen referencias literarias y reflexiones sobre el lenguaje, pues Conrado Zepeda es especialista en la lengua española y en los procesos cognitivos en el aprendizaje de las lenguas.

En un inicio, el autor había escrito estas epístolas sin intención de que se publicaran, pero eventualmente decidió compartirlas con la también poeta Gina Lizeth, con quien sostiene una gran amistad y admiración. Ella reconoció el valor poético de los textos y lo convenció de que eran de gran aporte poético. Impulsado por ello, Conrado decidió enviarlas a la editorial.

Portada del primer libro del escritor. Foto: Cortesía Conrado Zepeda Pallares

Para este primer libro, Conrado Zepeda escribió cien cartas y cien poemas. Los poemas surgieron como una extensión de las cartas. Tras una selección de entre estos textos, surgió el libro Mientras afuera llueve.

Este libro ganó el Certamen Literario PEN, un prestigioso premio en Puerto Rico, en la categoría de “Libro híbrido”, pues este contiene tanto la correspondencia como los poemas. Dividido en tres partes —“Camina”, “Espera” y “Come”— el libro no solo recupera un género empolvado, el epistolar, sino que hace un viaje a través del tiempo y de tres puntos geográficos, Ciudad de México-Puebla, San Juan y Washington, para dotarlos de poesía, de reflexiones culturales y lingüísticas sin olvidar el humor y las referencias literarias y musicales, todo con un toque de humor.

“Hay cartas muy divertidas”, explica Conrado al respecto de este libro, “porque también quería explorar el humor, porque yo soy así. Me gusta también divertirme cuando hablo. Y también me gusta reconocer la nostalgia que yo llevo”.

El autor regala su lado más íntimo al mostrar ese diálogo continuo sin importar el lugar donde se encuentra: devela la melancolía que produce el amor, relata la experiencia de vivir en un lugar distinto a donde creció, y encima denuncia la situación política de Puerto Rico.

“Yo le llamo a Rafael ‘Verdeluz’”, ahonda el autor en entrevista, “porque él era un hombre de gran lucidez intelectual y a mí me cautivó su intelecto, su inteligencia, su conocimiento del sistema de salud de Estados Unidos. Y mientras yo estaba en esa relación, era parte de una conversación eterna (…) La relación terminó, pero qué hermoso que esa relación me haya hecho salir del clóset como escritor”.

Una experiencia en Puerto Rico lo hizo reencontrarse con su voz poética. Foto: Cortesía Conrado Zepeda Pallares

El libro fue bien recibido, sostiene Conrado, pero sobre todo le confirmó su vocación de poeta. Cuando estudiaba literatura, recuerda el ahora autor de dos poemarios publicados y reconocidos, se alejó de la escritura debido a los altos niveles de exigencia que se colocaban entonces.

“La primera carta que yo le escribí (a Rafael)”, añade, “es la primera carta del libro (…). El primer texto es una especie de advertencia léxica: ahora los autobuses se van a llamar guaguas y los novios se van a llamar gebos y las javas se van a llamar cuellos”.

Con esta advertencia léxica, el autor muestra cómo decidió entregarse a su entonces pareja por medio de un símbolo que representa algo sumamente preciado para él: su lengua.

El mundo literario puertorriqueño, recuerda Conrado Zepeda, se sorprendió de que ganara el prestigioso Certamen Literario PEN, con lo que el poblano refrescó la escena y nutrió las voces literarias del Caribe.

Tras la lluvia, las Trizas de viento seco

Los títulos del autor muestran la geografía donde su vida se ha desenvuelto y también enuncian los ciclos de la naturaleza. Si en Mientras afuera llueve el autor deja ver su amor y admiración a “Verdeluz”, en Trizas de viento seco relata cómo esos sentimientos “se secan” y cómo transmuta su relación.

Conrado Zepeda Pallares. Foto: Helen Ávila

Trizas de viento seco, el segundo poemario del autor, es un libro que surgió en el estado de Washington, donde el autor estuvo imposibilitado para trabajar durante los nueve meses en que esperaba que se concretaran los trámites de su ciudadanía estadounidense.

El libro fue publicado por la reconocida editorial especializada en poesía Valparaíso Ediciones tras ser uno de los diez finalistas de la convocatoria “Un poeta en Nueva York”, dirigida a latinos que radican en Estados Unidos. En él, se muestra la melancolía del amor y se explora la experiencia de adaptarse a otro país, lo que genera una visión diferente de uno mismo y del entorno donde uno creció.

Trizas de viento seco”, ahonda el autor en entrevista con esta revista digital, “es el fruto del encierro (se escribió durante la pandemia), pero del encierro incluso conmigo mismo y con el propio Rafael, mi expareja. No es que yo me encerrara, yo salía al río a dar mis clases, pero estaba encerrado en mí mismo y estaba encerrado con Rafa, que además estaba deprimido y veía cómo se secaba”.

El próximo libro

De hierbas y migrantes, una pedagogía del duelo es el título del tercer libro de Conrado Zepeda Pallares, cuya publicación se prevé para 2024. Como el título lo indica, este volumen tratará sobre las migraciones y sobre las reflexiones que surgen al estar fuera de casa y lejos de la familia.

“Es un canto a la liberación”, adelanta Conrado Zepeda, “a la libertad, a la migración libre, a la migración dolorosa, qué conlleva. Cuando migré, fui consciente de las violencias que aprendí, pero también de cómo aprendí a amar. Al principio, el libro es como un lamento, pero después es un canto, viene un regocijo y hay un contraste que muestra lo que sucede al emigrar”.

La poesía de Conrado se nutre de la obra de Sor Juana Inés, Ernesto Cardenal, Tomás Segovia, José Gorostiza, Rosario Castellanos, Luis Palos Matos y Yolanda Arroyo Pizarro, y hasta de Shakira y Agustín Lara.

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