‘Protesta limpia’ contra el desdén hacia el personal de limpieza de los museos

Con casi una veintena de piezas de arte conceptual, integradas hoy en la exposición “Protesta limpia”, disponible en la galería Liliput (Diagonal 18 Sur 4563, San Manuel), el artista conocido como Erish Rimbombante protesta contra la invisibilización del personal de intendencia de los museos y foros culturales, cuyo trabajo sostiene a estos espacios pero es muchas veces ignorado, incluso menospreciado, por prácticamente todos los actores que participan de los circuitos del arte y la cultura.

Erish laboró durante doce años como intendente del museo Casa del Lago, ubicado al interior del bosque de Chapultepec y adscrito a la UNAM, y después transitó hacia un puesto de vigilancia, actividad que desempeña hasta la fecha.

En su experiencia como trabajador de limpieza, el artista vivió todo tipo de anécdotas que lo hicieron reflexionar sobre la importancia que estos puestos de trabajo tienen para el sostén de los espacios culturales, y el generalizado desdén que tanto el público como los directivos de los museos y los artistas que exponen ahí su obra tienen para con ellos.

Erish, que entre semana estudiaba artes plásticas en Toluca y se trasladaba a la Ciudad de México los sábados y domingos para limpiar la Casa del Lago, decidió emprender una serie de proyectos artísticos con los que intervino de manera efímera las salas del museo.

Algunas de las piezas de “Protesta limpia”. Foto: Alejandro Jiménez Arrazquito

Algunas de estas piezas, como “Bolsas basales”, que consiste en varias bolsas de plástico negro rellenas de aire, están realizadas con materiales de jarciería, como guantes, jergas y varas para barrer. Erish colocaba estos objetos en puntos estratégicos del museo, de manera que los visitantes pudieran mirarlos, aunque no siempre entendían cómo debían leerlos: si como una obra de arte conceptual o un simple material que alguien había olvidado ahí.

“El proceso fue intrincado”, cuenta Erish en entrevista con LUMBRERAS, “puesto que, como trabajaba las intervenciones en las galerías de Casa del Lago mientras yo estaba en mi jornada laboral, era muy difícil a veces hacer un buen registro, en primera porque no tenía los medios técnicos. Se hacía con fotografías del teléfono que los mismos compañeros de trabajo me ayudaban a sacar, sin un sentido de composición, técnica artística, sino pura intención colaborativa”.

Aunque Erish retiraba las piezas del museo antes de que sus superiores las vieran para que su empleo no peligrara, una parte de él deseaba, en el fondo, ser descubierto, para al menos iniciar un diálogo con la institución sobre las formas de validación del arte, que muchas veces siguen respondiendo a intereses de grupos y circuitos de personas privilegiadas.

“Mucha de la intención era que me desacreditaran como artista”, admite Erish en entrevista. “Eso me iba a validar como artista, porque ponía en crisis a la institución, que se supone que es la que dicta. Ahí estaba la pregunta de si sí son solo las instituciones las que pueden legitimar ‘tú sí’ y ‘tú no’. Todo se vuelve a cerrar a los circuitos de las personas que se conocen”.

Los instrumentos de jarciería y limpieza son el material con el que Erish construyó sus intervenciones en Casa del Lago. Foto: Alejandro Jiménez Arrazquito

Las piezas

Algunas de las piezas que incluye la exposición “Protesta limpia” son una prolongación de jerga colocada junto a una cámara de vigilancia, con la que se cuestiona la hipervigilancia que existe en las salas de los museos, donde siempre hay alguien, ya sea personalmente o detrás de una cámara, viendo lo que ocurre.

Otras de las piezas están realizadas con las camisolas que Erish utilizaba como uniforme en sus labores de intendencia. Una de estas prendas tiene bordada en la espalda la leyenda “Preferiría no hacer este trabajo”, obtenida de la obra narrativa “Bartebly, el escribiente”, de Herman Melville, con la que Erish expresa su frustración ante la precarización y el desdén hacia el oficio de la limpieza por otros actores del circuito del arte y sus espacios de exhibición.

También pueden verse en la exposición algunos registros fotográficos de performances muy efímeros realizados por el artista. En uno de ellos, Erish colocó “bombas apestosas” debajo de los tapetes de la entrada del museo y después leyó un manifiesto titulado “Atentado” mientras vestía una máscara elaborada con una jerga.

Dos piezas más están elaboradas en colaboración con dos de los personajes que laboran de manera informal afuera del museo vendiendo pequeñas pinturas y fotografías, con el fin de continuar la reflexión sobre qué es lo que valida a una obra como artística, y cómo en ocasiones la presencia dentro o fuera del recinto museístico es lo que valida o invalida a un objeto como artístico.

“Protesta limpia” es la primera exposición individual de Erish y también la primera vez que estas piezas se reúnen en una sola muestra con un discurso curatorial de por medio, después de haber sido utilizadas para intervenir los espacios de Casa del Lago.

La exposición estará disponible por una semana y puede visitarse previa cita a las redes sociales de la galería Liliput. Para conocer más sobre el proyecto artístico de Erish, puedes ver este video.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *