‘Sabor a laurel’, teatro para reconciliarse con uno mismo

La premisa de la obra teatral Sabor a laurel, que en diciembre de 2022 se presentó en El Breve Espacio (7 Norte 8, Centro), se centra en la visita inesperada que recibe una mujer y que la obliga a recordar su pasado.

Contada en clave de drama y escrita por Juan Carlos, la puesta en escena aborda temas como el perdón, la búsqueda de la identidad y la idea de dejar de responsabilizar a los padres de las decisiones tomadas en la edad adulta.

“Creo que sí tiene que ver con la reconciliación y la búsqueda de la identidad”, apuntó Irazema Hernández, una de las protagonistas de la obra, en entrevista con LUMBRERAS, “no solo hacia otra persona, sino sobre todo hacia nosotras mismas: es hacer las paces con nuestro pasado y nuestro pasado es la figura de la madre y del padre”.

La intérprete egresada de la licenciatura en literatura dramática y teatro de la UNAM, que lleva un año radicada en tierras poblanas, explicó que Sabor a laurel, obra coprotagonizada por ella y Sandra Tehuitzil, tiene entre sus objetivos el generar una reflexión sobre la reconciliación con las historias familiares y personales.

Si bien reconoce que parte de lo que vivimos en la crianza puede determinar nuestra personalidad, las decisiones en la vida adulta son totalmente individuales.

Por otra parte, la actriz sostuvo que tanto el dramaturgo como la directora y las actrices de la obra tienen la intención de cuestionar el castigo que suele darse a las madres que no se alinean a los estereotipos de la maternidad, por ejemplo, que sean santas, buenas o sacrificadas.

La intérprete explicó, en referencia al título de la obra, que el laurel es símbolo de la esencia que distingue a uno de los personajes, aunque, haciendo un paralelismo más amplio, es aquello que hace peculiar a cada familia.

“Es algo que permea”, ahondó, “que a veces puede ser muy intenso, y eso es algo que llevas contigo y es muy curioso cómo se maneja”.

Sobre los toques cómicos en el texto de la obra, la actriz explicó que son una representación de las ironías de la vida, de ese humor que suele rodear nuestras existencias pero que en ocasiones pasa inadvertido porque nos sumergimos en un determinado estado emocional.

Irazema reconoció que preparar su personaje fue un reto debido a que llevaba cierto tiempo alejada de los roles dramáticos y enfocada en explorar su vis cómica a través de la práctica del clown. Pese a ello, la artista escénica logró encontrar similitudes entre ambas disciplinas.

“Creo que es algo similar a la payasería, solo es otro tono”, expresó. “Sí me costó, sobre todo quitarme prejuicios y volverle a entrar a un texto dramático”.

Añadió que la dirección de Vanessa Nieto, quien también es más reconocida en el ámbito de la comedia, contribuyó a su preparación, pues ella supervisó sus movimientos corporales para que reflejaran el sentir de su personaje.

Sabor a laurel tuvo algunas presentaciones en diciembre de 2022 en El Breve Espacio y el Centro de Consciencia y Artes Escénicas (CAE). Se prevé que este año tenga más funciones.

La obra es protagonizada por Sandra Tehuitzil e Irazema Hernández. La escenografía corre a cargo de Lorena Tehuitzil y las voces en off son de Santiago y Vanessa Nieto.

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